Los problemas fiscales de Tita Cervera son el tema principal de la entrevista que concede este domingo en Papel, el suplemento de El Mundo. Las pesquisas abiertas sobre el lugar de residencia de ella y de su hijo llevan a la baronesa a avisar de que podría llevarse sus cuadros, cedidos al Estado español por un periodo prorrogable de seis meses y que se exponen, como la colección del barón, en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
Tita Cervera afirma que no entiende de qué se le acusa y afirma que ella no tiene "nada raro". Sus cuentas están en Suiza porque ella "es suiza", y en Andorra porque tiene allí su residencia, "desde hace muchos años". Sobre su hijo, acusado de fingir que reside en Andorra para eludir impuestos, habla de "difamación" y de "vergüenza". "Es horroroso. Es para dar a una madre un… disgusto grande", afirma antes de reiterar que está "muy ofendida".
Sobre sus cuadros, precisa que acaba de renovar el contrato de cesión porque se lo ha pedido "el Gobierno en funciones" y porque sigue "queriendo a España". "Pero puede haber llegado el momento de llevármela definitivamente, si sigue así la cosa".
La baronesa saca pecho de haber logrado que la colección se exhiba en Madrid así como de haber creado puestos de trabajo en Málaga. Dice que no pide un trato especial, sino el que ha tenido siempre. "Estoy ofendida porque no hay nada raro en mi vida. Nada. Nada. Nada", insiste.