La separación de Mar Flores y Javier Merino ha resultado ser la noticia más relevante de la crónica social de esta Semana Santa. Por súbita y también por inesperada, después de sus 18 años de relación, por mucho que se hubiese comentado que los problemas económicos y con la Justicia del empresario habían podido afectar al matrimonio.
Ahora, Merino ha querido explicar en la revista ¡Hola! las razones de ese "cese temporal" de la convivencia que la exmodelo anunció en un escueto comunicado. Dice el empresario que "la última decisión" la ha tomado él, y que "la relación se desgasta y es mejor tomarla ahora antes de que termine de estropearse". El objetivo es "poder llevarnos bien por los niños", es decir, los cuatro hijos que tienen en común.
Merino también subraya algo importante, y es quitar posibles sospechas sobre Mar Flores. "No es, como estoy oyendo, que Mar me deja porque hay dificultades. Qué va. ¡Si yo ahora estoy mejor que nunca en mis temas económicos!". Y reincide en que "Mar me ha apoyado en todo momento. Ha sido mi gran apoyo y se ha portado siempre excepcionalmente bien".
"No ha habido terceras personas, ni por su parte ni por la mía. Jamás", dice rotundo Javier Merino en una conversación telefónica con la revista. Las razones son más mundanas de lo que se ha mencionado, según su versión: "Somos muy distintos y, al final, las diferencias se van acentuando".
Por último, Merino dice que Mar Flores está "muy asustada por lo que esto conlleva mediáticamente. Yo estoy más acostumbrado a estas cosas". Lo que da a entender que esta separación parece bastante definitiva: "La casa es de los niños. Tenemos la custodia compartida y ahí estará Mar, y yo entraré y saldré perfectamente bien. En teoría, los niños no tendrían que notar nada".