Toño Sanchís ha decidido dar la cara después de las acusaciones de presunta estafa a la que fuera su representada más célebre. Él mismo se ha mostrado sorprendido por esta historia, pero asegura que tiene la "conciencia tranquila y no ha estafado a nadie". "Demostraré que no le debo un millón, siempre he velado por los intereses de Belén y no voy a entrar en guerra con ella porque le tengo mucho cariño", aseguraba.
Hasta que pueda poner encima de la mesa todas las pruebas de que su amigo podría haberse quedado con hasta un millón de euros, Belén Esteban prefiere cortar todo tipo de relación con Toño, con el que no se habla desde hace tres semanas. Aunque él ha reconocido que quiere hablar con ella, Belén prefiere poner tierra de por medio y le ha pedido a su familia que no conteste a las llamadas de su exrepresentante.
La relación entre ambos ahora mismo "está paralizada" y Toño asegura que le han dolido las acusaciones que se han hecho en Sálvame. "Entiendo cómo funciona la televisión y no voy a alimentar esta historia, pero nunca me he aprovechado de Belén". Sin embargo, Toño Sanchís no quiere defenderse en plató y menos acudir a Sálvame porque asegura que "ya no le gusta ese formato". Entonces, ¿qué pasará ahora con el resto de representados?
La estafa sería tal que, en 2010, solo por el programa de Telecinco Mira quién baila, Lorant -productora de Toño Sanchís- únicamente cobró cinco galas, cuando en realidad Belén participó en 15. A eso habría que añadir que, por contrato, su representante acordó con Belén cobrar un 20% de los ingresos (incluyendo programas de televisión, posados en revistas, contratos de publicidad y los derechos del libro Belén Esteban: Ambiciones y reflexiones), cuando en realidad, podría haberse llevado desde un 25 hasta un 30%.
¿Dónde está ese dinero? Todavía queda mucha documentación pendiente de estudiar, a la que la propia asesora fiscal de Belén reconoce no tener acceso porque Toño se niega a facilitarla.