El carácter de Víctor Sandoval es complicado y cambiante. Cuando salió de la casa de Gran Hermano Vip se dio cuenta de que lo que vendía y lo fácil era criticar a Belén Esteban, así que "se vendió" por decir que la de San Blas "estaba tocada y hundida" y que iba a necesitar ayuda por la cantidad de seguidores que había perdido.
Ahora vuelve a ser la elegida para ganar el concurso y ha vuelto a recuperar el puesto de princesa del pueblo, motivo más que suficiente para reconocer que cometió un error. "Mis declaraciones no fueron afortunadas, he sido un judas. La he vendido por un puñado de euros y porque lo necesitaba. Yo dije la realidad que vivía en ese momento, pero tendría que habérmelo callado y no haberla traicionado. Por eso digo que he sido un judas, porque sabía que si decía eso estaría en la portada de una revista", confiesa a Sálvame.
Víctor ahora confiesa que "estas últimas semanas Belén ha estado genial en la casa" y, aunque hace varias semanas opinó que no podía ganar porque "era una tramposa", ahora cree que "tiene que ganar, primero por actitud y después por todo lo que ha tenido que aguantar en el concurso".
Todos estos cambios de opinión no son porque sí. El final del concurso se acerca y dentro de poco Belén se enterará de todo lo que se ha dicho de ella y él tiene miedo de su reacción. "Es verdad que tengo un poco de caquita", desvela Sandoval. También reconoce a la publicación que "tiene que aprender a pensar antes de hablar". No obstante, mantiene que "le echaron de la casa por ser amigo de Belén", porque él le hacía "todo" en la casa y nunca le dio las gracias por ello.