Alfonso Diez, duque viudo de Alba, ha vuelto a entrar en escena tras unas semanas desaparecido por una intervención ocular que se tuvo que realizar en el lagrimal. Superada esta complicación, Diez ha querido volver a Sevilla, donde siempre tiene tiempo para recordar a Cayetana Fitz-James Stuart, tal y como cuenta Beatriz Cortazar en ABC.
Respecto a la duquesa, también tiene que solucionar los asuntos de su herencia. Algo de lo que el duque viudo no quiere hablar. Es un abogado de su confianza quien se encarga de reunirse en el palacio de Liria con los letrados de la familia Alba, de la que se encuentra ya bastante alejado, para resolver definitivamente en qué situación quedará el viudo, a quien le corresponde un porcentaje del 26 por ciento del usufructo que tenía Cayetana.
Y en este punto es donde hay disparidad de criterio, explica Cortazar. Alfonso renunció a todo y aceptó que la duquesa repartiera su herencia en vida para poder casarse con él. Convertido en duque de Alba, negoció la salida de su trabajo para vivir con su esposa en Sevilla. Por eso, Cayetana repetía que, el día que le pasara algo, Alfonso tendría que recibir una pensión para poder vivir. Lo dijo, pero no lo firmó.
Hoy lo único que Alfonso puede tener es lo que la Ley le concede y es el citado porcentaje del tercio de su mujer. Aunque en un primer momento en la Casa de Alba decían que era muy poco lo que le había quedado a Cayetana, finalmente se han tasado una serie de cuadros que no forman parte del inventario de la Fundación y que podría ascender a 18 millones de euros. Dividendos que habría que repartir entre los seis hijos y dar al viudo su porcentaje.
Y hay que decidir cómo se hará esa entrega: si en forma de una pensión mensual como quería Cayetana, entregando un cuadro o dando la cantidad total para zanjar este asunto. Según valoraciones hechas por la familia, se podría estar hablando de entre 1.500.000 y 2.000.000 de euros en caso de que las tasaciones fueran las esperadas.
Sin querer entrar en polémicas por algo que nunca pidió, el duque viudo prefiere seguir con su tranquila vida y esperar a que todo se solucione.
Frente a la paz que hoy reina en el mundo de Diez, en el madrileño palacio de Liria se empiezan a vivir las primeras tensiones tras la muerte de la duquesa. Es el duque de Huéscar quien toma las decisiones y quien ha dicho a sus hermanos que cada uno debe vivir de sus rentas.
En medio de las tensiones, Cayetano Martínez de Irujo eligió ¡Hola! para confirmar lo que todo el mundo ya sabía: su salida del palacio de Liria y lanzarle un mensaje a su hermano: "No trabajaré para la Casa, porque ya mi hermano Carlos se ha hecho cargo de sus cosas. Espero que continúe el legado de mi madre; de no ser así, sería un fracaso".