La duquesa de Alba ha fallecido este jueves a los 88 años en el Palacio de Dueñas. La salud de la noble y aristócrata española se resintió mucho los últimos años. La última de sus crisis se debió a una gastroenteritis aguda que le provocó una infección de pulmón. Su marido, Alfonso Díez, e hijos han estado a su lado en todo momento desde su ingreso en el hospital el domingo por la tarde, y también después, una vez se decidió su traslado al Palacio de Dueñas por el agravamiento de su estado.
En los últimos meses los medios estaban muy atentos a la salud de la duquesa. El pasado 11 de junio fue hospitalizada para un reconocimiento médico para comprobar el funcionamiento de la válvula que le implantaron en el 2009 para atajar su hidrocefalia. Y el domingo 16 de noviembre, tras varios días atendida por médicos en Palacio, ingresó en la UCI debido a una arritmia que el lunes la mantenía todavía seminconsciente.
Por todos estos problemas de salud, así como la caída sufrida en Roma, que la tuvo muchos meses incapacitada, Cayetana se vio obligada hace tiempo a dejar de salir de casa, algo que la desanimaba y deprimía profundamente. No pudo acudir a varios eventos que hubieran sido citas obligadas en su agenda, como a la boda del hijo de Carmen Tello. Una de sus últimas apariciones pública fue el pasado 24 de mayo, cuando fue a comer a su finca de Las Arroyuelas con su hijo Cayetano Martínez de Irujo. Hacía mucho tiempo que no se la veía en público.
Problemas constantes
En los últimos meses los problemas de salud de la duquesa han sido constantes, pese a que ninguno de ellos logró derrotar su fuerte voluntad. En el origen de todo, un fuerte catarro que le duró varios meses, con fiebre, anginas y problemas a la hora de digerir comida, y cuyas secuelas arrastró mucho tiempo después. También sufrió muchos problemas de movilidad que la debilitaban físicamente, sobre todo desde su caída en Roma, en la que se rompió la cabeza del fémur.
Durante todos estos duros meses, Alfonso Díez ha estado siempre a su lado, cuidándola y apoyándola, una presencia constante incluso cuando sus hijos no podían desplazarse a Sevilla.
Su nombre completo era María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y de Silva Falcó y Gurtubay, sin embargo, siempre fue conocida por la duquesa de Alba o Cayetana de Alba. Era la dueña de la Casa de Alba y la persona que más títulos nobiliarios ostentaba.
Sus restos descansarán para siempre bajo la imagen del Cristo de los Gitanos, en Sevilla, del que era muy devota.