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El gran dolor de Isabel Preysler: no despedirse de Miguel Boyer

El pasado 29 de septiembre el exministro falleció a causa de un tromboembolismo pulmonar. Ni Isabel ni Ana pudieron decirle adiós.

El pasado 29 de septiembre el exministro falleció a causa de un tromboembolismo pulmonar. Ni Isabel ni Ana pudieron decirle adiós.
Isabel Preysler | Archivo/Cordon Press

Isabel Preysler está desolada. El pasado 27 de septiembre Miguel Boyer acudió con su esposa al Hospital Ruber Internacional porque el exministro se encontraba mal. Los médicos no le encontraron nada tras una exhaustiva revisión, así que le mandaron a casa. Al día siguiente, Boyer celebró su santo por adelantado, para que "pudiera estar su hija Ana" con él, comentan fuentes familiares a La Otra Crónica.

La madrugada del lunes 29 de septiembre, Miguel no podía casi respirar, por lo que a las 8:30 horas de la mañana fue ingresado de urgencia, e Isabel y Ana se quedaron en la sala de espera. Tal y como narra el suplemento de El Mundo, una hora más tarde, la doctora Mercedes Cuesta, directora médica del centro, les informó de que Miguel Boyer había fallecido a causa de un tromboembolismo pulmonar, por lo que ni esposa ni hija pudieron despedirse de él en vida. "Ésa es su mayor pena. Es algo que les va a costar superar", aseguran las mismas fuentes.

Más de cuatro horas después, los restos mortales del exministro de Economía y Hacienda fueron trasladado al tanatorio Parque de San Isidro. Durante todo ese tiempo, la socialité no pudo dejar de llorar. Estaba destrozada por lo ocurrido, ya que había perdido al amor de su vida. Al darles la noticia de la muerte de su esposo a sus hijos, ésta les dijo que no vinieran. "Aunque ellos insistieron en venir a Madrid, ella les pidió expresamente que no se movieran, que debían atender sus compromisos profesionales, sobre todo Enrique, que tenía concierto", aclaran a LOC.

Una vez en el tanatorio, que llegó de la mano de su hija Ana y su tía María Mercedes Reinares, agradeció a todos lo que acudieron a darle el pésame y despedirse de expolítico. Esa noche Isabel Preysler no consiguió dormir ni un rato, aún estando acompañada de sus hijas Ana y Tamara. Al día siguiente fue el funeral en el cementerio de San Isidro, al cual también asistió Fernando Verdasco para estar en esos momento tan duros junto a su novia Ana Boyer. "Está hundida, no coge el teléfono a nadie, ni a sus más íntimos. Como buena oriental que es, no exterioriza nada, es muy introvertida y disciplinada. Unas cualidades que le han servido para sobrellevar mejor la enfermedad de su marido, del que no se ha separado apenas en esta última etapa de recuperación", explican.

El futuro de Isabel Preysler

LOC asegura que la socialité seguirá viviendo en la mansión familiar, que se encuentra en Puerta de Hierro, en Madrid. Además, el medio asegura que la muerte de Boyer no afectará monetariamente a Isabel, porque las cuentas del expolítico están saneadas y que los elevados ingresos de ella cubren el mantenimiento de la casa. La lectura del testamento de Miguel será próximamente, aunque no se esperan sorpresas ya que sus hijos serán los herederos finales.

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