Desde que Letizia Ortiz se casó con el príncipe Felipe, su imagen ha sido una de sus principales preocupaciones. Siempre intenta estar perfecta y entiende que eso requiere esfuerzo. A sus 41 años, la princesa de Asturias luce un aspecto envidiable y unos asombrosos y musculosos brazos.
Según publica Sálvame, consigue este fabuloso aspecto gracias a las dos o tres horas de Zumba a la semana que le imparte un monitor personal. Además, sale a correr por los jardines del Palacio Real, le gusta hacer senderismo e ir al gimnasio.
También cuida su dieta, por eso, evita las grasas, los dulces y los carbohidratos. Come frutas, verduras frescas y carne y pescado al vapor. El ejercicio y la alimentación sana dan a la princesa esa imagen delgada y fibrosa que la ha caracterizado a lo largo de los años.