El ansiado regreso de Belén Esteban a los platós de Telecinco cumplió con las expectativas, al menos en cuanto a audiencia se refiere. No obstante, la tertuliana estrella de Sálvame no logró despejar todas las dudas sobre sus problemas de salud y sus adicciones, que ella misma confesó haber superado ya.
Pese a la amable entrevista de Jorge Javier, que ocupó la primera y larga sección de su intervención, Belén Esteban estuvo un tanto nerviosa y descentrada durante la segunda, cuando tuvo que afrontar las preguntas de los demás colaboradores. O más en concreto, siempre que tocó responder a las preguntas sobre Fran Álvarez, su ahora exmarido, el único aspecto de su vida donde Belén se negó a entrar en público.
La princesa del pueblo, más accesible a la hora de hablar de esas adicciones del pasado que sobre el fin de su relación con Fran, seguía apareciendo entonces como una persona vulnerable, arrojando dudas sobre la necesidad de mostrar día sí, día también, a la colaboradora en el programa.
Belén, que estuvo vigilada en todo momento por su terapeuta, tal y como desveló su representante Toño Sanchís, parecía un tanto sedada en su anunciado retorno ante las cámaras. Sanchís dijo que el médico de Belén vio el programa y analizó casi todo su recorrido, y señaló un "punto peligroso" que podría recaer o desestabilizar a la estrella: su relación con Fran.
Una unión de lo más tempestuosa, como lo demuestran los encuentros entre ambos incluso después de haberse separado. Fran Álvarez nunca ha comerciado con los secretos de la colaboradora aún habiendo perdido casi todo interés mediático después del divorcio. Belén dejó caer que había pasado página aunque no se la conoce pareja estable desde entonces.
Tanto Jorge Javier Vázquez, presentador de Sálvame, como sus colaboradores, la trataron con el máximo respeto. Pero Belén Esteban sigue frágil, lo que arroja dudas sobre la necesidad de que aparezca tres días a la semana en el programa, como es la intención. ¿Aguantará Belén el ritmo del Sálvame diario?