Quedan pocos días para que la infanta Cristina emprenda su nueva vida en Suiza, lejos de los focos por el escándalo Nóos. Con la mudanza, los niños podrán evitar la presión a la que estaban sometidos por el proceso a su padre, Iñaki Urdangarín, en unos meses cruciales para el caso: está pendiente que el juez Castro finalice la instrucción y se fije la fecha para el juicio.
ABC y El Mundo publican este sábado detalles de la que será la nueva vida de Cristina de Borbón con su familia. La infanta, que se trasladará a Ginebra como coordinadora de los programas de la Fundación La Caixa con otros organismos, entre ellos Naciones Unidas, tendrá como compañera de proyectos a una princesa multimillonaria, Zahra Aga Khan.
Según informa el diario de Vocento, Aga Khan, hija del Príncipe Karim Aga Khan, íntimo del Rey, está encargada del departamento de Bienestar Social de la Aga Khan Development Network, la red de organizaciones benéficas creada por su padre. Entre los fines de doña Cristina, estará coordinar los proyectos de su fundación con los del conglomerado Aga Khan en Europa, África y Asia.
Puede que la primera vez que se vea juntas a las futuras compañeras sea el próximo 31 de agosto, en la boda de uno de los hijos del Príncipe Karim en Ginebra. Según informa El Mundo, esa es la fecha prevista para el enlace de Rahim Khan, de 41 años, y considerado el heredero del imperio, con una modelo de 24.
En cuanto al centro de los niños, el diario de Pedro J. apunta que podría ser el prestigioso École International, uno de los 20 mejores colegios del mundo. Está situado, explican, en el barrio de Florissant, donde estará también el piso elegido por doña Cristina para vivir. El coste del centro es de unos 30.000 euros por año, sin incluir otros gastos como comedor, transporte o material escolar. En cuanto al piso, el diario apunta que el alquiler de una vivienda en dicha zona puede rondar los 10.000 euros mensuales.
Buena parte de estos gastos estarán incluidos en el sueldo de la infanta, pero no ocurrirá lo mismo con la seguridad. Como ocurrió cuando la familia se trasladó a Washington, será el Estado el que se encargue de costear el servicio permanente de vigilancia de los miembros de la Casa Real. En Estados Unidos, éste constaba de seis policías que se turnaban cada ocho horas en el cuidado de la familia y cada uno de ellos cobraba 50.000 euros al año, además de los gastos de estancia en el país.