Marta González, hija del torero Dámaso González, habla por primera vez en ¡Hola! para cerrar el capítulo más doloroso de su vida: su divorcio de Miguel Palomo Danko.
González, que ha realizado desinteresadamente este reportaje -¡Hola! hará en su nombre una donación a Cáritas-, remarca que ella no ha tenido ningún enfrentamiento con la familia Palomo Danko –"todo lo contrario, les quiero muchísimo", detalla- y que sus diferencias "han sido con terceras personas ajenas a la familia".
Marta González dice que ha decidido "poner punto y final" a esta historia y que "todo esto está haciendo daño, no solo a mí, sino también a mi familia y a la gente que me quiere". La hija de Dámaso González sitúa el origen de la ruptura cuando se mudaron a la finca de los padres de Miguel Palomo, El Palomar: "Recuerdo que fue un cinco de agosto. A partir de ese día, nuestra vida cambió. Las compañías cambiaron radicalmente".
Y aquí se entronca el problema: "Llegaron personas nuevas a nuestro entorno muy diferentes a los amigos que nosotros teníamos de toda la vida. Por ello, empezamos a vivir dentro de un ambiente que nada tiene que ver con mis principios, mi educación, ni con mis valores. Era una forma de vida, a mi parecer, ostentosa y de apariencia, algo que dista mucho de lo que yo he vivido en mi casa".
Marta González dice que, cuando se fue de El Palomar, se mudó a la finca de su familia en Albacete y que, posteriormente, regresó a Madrid, donde vive sola. Allí pasó los "peores meses" de su vida y se quedó en "cuarenta y tres kilos" de peso. Entonces, la madre de su ex, Marina Danko, la llamó y "se portó como una madre" con ella. "No tengo palabras de agradecimiento para explicar lo que hizo por mí", agrega.