Cuando el juez ejecutó la sentencia de siete años de cárcel alegando riesgo de fuga, el exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, se derrumbó: "Me han enterrado en vida", dijo, según informa Sálvame.
La revista cuenta que Muñoz pedió permiso para recoger sus medicinas y algo de ropa de su casa, con el único objetivo de poder despedirse en persona de Karina Pau, su novia, que esperaba su regreso en la finca que posee en Jimena de la Frontera (Cádiz). Al serle denegado, Julián pidió hacer una llamada.
Al otro lado del teléfono, Karina, que no daba crédito a la noticia. Muñoz trató de mantenerse entero y le dijo: "Te quiero mucho, Karina. Me meten en la cárcel. Cuídate y cuida de los perros. Haz tu vida y no me esperes. Voy a estar mucho tiempo dentro".
Pero la joven ganadera, que ha sabido mantenerse alejada del foco mediático a pesar de su relación sentimental con él, se ha negado a desaparecer de su vida y solo piensa en cuándo y cómo podrá ver de nuevo a Julián.