Los príncipes de Asturias no han sido los únicos que han sido pillados in fraganti disfrutando de una romántica velada. Esta semana, Urdangarín no depositó la cuantiosa fianza impuesta por el juez, por lo que la Justicia va a proceder a embargar sus bienes para cobrarse la factura, provocando el consiguiente recurso y la justificación de "injusto empobrecimiento" señalada por el duque.
Aunque tan pobre no debe ser. Y es que pese a todo, los duques de Palma no dudaron en salir juntos el jueves por la noche a cenar a un restaurante de la capital Condal. La pareja llegó cogida de la mano y no se ocultaron entre los presentes que les reconocieron, según ha podido saber Europa Press.
Se trata del enésimo desafío de la infanta a la institución, que habría presionado a la hija del Rey para que se desvinculara del escándalo separándose de Urdangarín o renunciando a sus privilegios de la infanta. Pero nada de eso: la duquesa de Palma ha querido demostrar que antepone su familia al título y al prestigio de la institución. Su marido está por encima de todo y es su gran apoyo en estos momentos.
El lugar escogido fue el restaurante Via Veneto, todo un clásico de la buena gastronomía barcelonesa. Para los sibaritas resulta imprescindible conocer su cocina de autor, imaginativa y de base catalana. También destaca por su servicio profesional... y su precio.
Entre sus platos destacan la Trilogía de gambas en tartar con crujiente de aceitunas negras, a la parrilla y en canelón relleno. Otras de sus exquisiteces son los Huevos de Calaf a baja temperatura con trio de patatas y trufa negra confitada, el Bogavante asado en "cocotte" con su coral y verduritas de temporada y el Baba al moscatel con chantilly y helado de piñones.
A la salida del restaurante había un fotógrafo, pero los escoltas le pidieron por favor que no inmortalizase el momento. Aún así, nos hemos enterado de esta salida tan cerca de San Valentín.