No obstante, antes incluso de las cartas a la cadena pública británicas se hizo público el envío de misivas a diferentes ministros del Gobierno de Tony Blair. Debido a ello, la Fiscalía ha vetado la difusión de misivas. El fiscal general británico Dominic Grieve consideró este martes, tal y como publica elmundo.es, que las 27 cartas enviadas por el príncipe Carlos forman parte de su "preparación para reinar" y que no deben hacerse públicas ya que podrían dañar el principio de neutralidad de todo monarca.
El envío de estos textos al equipo de Gobierno de Blair fue sólo el primer paso del escándalo. Hoy, el Daily Telegraph reveló que el mismo Carlos de Inglaterra destinó cartas también a la televisión británica comentando la programación del canal BBC.
La cadena ha reconocido ya su existencia pero se ha negado a la petición del diario de difundirlas. Consideran que "la reacción de la audiencia (en este caso, el Príncipe), incluidas quejas, críticas y discusiones, a la programación" no está sujeta a la Ley de la Libertad de Información.
La prensa británica señala que la decisión sólo sirve para reforzar la idea de que el Príncipe busca a toda costa influir en la política del país, algo que no hace sino espolear a los grupos antimonárquicos.