Pronto y Sálvame nos despiertan el lunes con una de las razones del parón de Belén Esteban. La protagonista de la actualidad rosa, alejada de los ruedos televisivos desde el pasado 7 de septiembre, ha aprovechado el parón para someterse a uno nuevos retoques estéticos que incluirían una segunda operación de nariz, y unos nuevos pechos.
Se trata de su segunda operación de tabique, dado que en la primera de ellas, realizada en Barcelona en 2009, Esteban no obtuvo los resultados deseados. En esta ocasión Belén se puso en manos de Manuel Tafalla, que lo ha reconstruido utilizando cartílago de su oreja. Una operación complicada, dice Sálvame, que se produjo el pasado día 1 de octubre, y en la que se la tuvo que aplicar anestesia local y sedación.
Su marido Fran no pudo estar presente pero aguardó toda la mañana en la sala de espera. Las secuelas, dice la revista, son dolorosas, e incluso después de dos semanas las secuelas son muy visibles. Hasta el pasado viernes Belén llevaba una férula que le sujetaba el cartílago y para que éste se mantuviera firme. No obstante, se le produjo un hematoma –habitual en estos casos- que se extendía desde el entrecejo hasta debajo de los ojos.
Pero no sólo eso. Belén ha aprovechado también para renovar las prótesis mamarias que se puso en 2001. Hace un año el centro estético se puso en contacto con la tertuliana y otras muchas pacientes para comunicar que las prótesis de 11 años atrás eran defectuosas, y debían ser sustituidas con urgencia. No obstante, la revista señala que es falso que Belén aprovechase esta necesidad para volver a renovar su nariz: los especialistas aconsejan que la rinoplastia no se acompañen de ninguna otra operación, de ahí que dejase pasar una semana entre una y otra.
Según Pronto y Sálvame, el marido de Belén, Fran, ha estado junto a ella durante todas las intervenciones. La presentadora ha dejado momentáneamente la televisión para, entre otras cosas, someterse a un tratamiento psicológico junto a su marido. Los rumores de ruptura han sido constantes los últimos meses, y la propia Belén reconoció que su matrimonio necesitaba una puesta a punto tras las tensiones de su trabajo.
Habitual del quirófano
Desde que Belen se hiciera famosa como novia de Jesulín, allá por 1998, su imagen ha cambiado mucho y ha pasado hasta nueve veces por el quirófano. Además de las mamoplastias y rinoplastias, se ha sometido a una blefaroplastia, una liposucción y lipoesculturas para eliminar la grasa del abdomen y caderas.
También a una reconstrucción dental con blanqueamiento y aumento de labios, y unas inyecciones de toxina botulínica y ácido hialurónico para eliminar arrugas y líneas de expresión en el rostro. En total, cifra Sálvame, unos 25.000 euros de operaciones.