Los Pujol hacen contactos al otro lado del charco. El pasado mes de marzo, y sin que los medios se hicieran demasiado eco de ello, se casó por la Iglesia y en Barcelona la nieta del expresidente de la Generalidad, Mercè Pujol, con uno de los miembros de una de las más importantes familias de la élite mexicana, Ignacio García de Quevedo.
Al enlace acudió, como era de esperar, la familia Pujol al completo (Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola), así como la esposa de Artur Mas, Helena Rakosnik, entro otros. Tras la ceremonia en el convento de San Hipólito, la comitiva marchó a las Cavas Codorniú para celebrar la consiguiente cena para 400 personas, de las que alrededor de un 30% había llegado de México, publicó el diario.
Tal y como especulaba en su momento El Mundo, el matrimonio formado por una familia nacionalista catalana confesa y otra mexicana, obligará sin duda a los Pujol a hablar español. No es la única de la familia en realizar una jugada semejante. Marta Pujol Ferrusola está emparejada con José María Esperalba, un importante arquitecto de Jalisco.
Claro que, según parece, por causas de fuerza mayor. Pujol podrá ahora departir largo y tendido, y con mucha mayor comodidad, con su rico consuegro Xavier García de Quevedo, empresario mexicano y uno de los principales accionistas de Grupo México, la compañía fundada por Jorge Larrea, el tercer hombre más rico del país. Grupo México creció a la sombra del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Carlos Salinas de Gortari, presidente de México entre 1988 y 1994. Poseen las minas de Cananea, la red ferroviaria pública e importantes activos en la minería. Su fortuna es incalculable.
Lo demuestra el hecho de que antes de todo esto, en noviembre de 2010, el primógenito de Jordi Pujol y Marta Ferrusola inaugurase en Acapulco el Hotel Encanto, en una velada a la que Pujol acudió encantado, como lo demuestran las fotografías que se adjuntan. El Encanto dispone de más de 13.000 metros cuadrados frente a las aguas de Acapulco, y cuenta con 44 habitaciones de gran lujo. Jordi Pujol hijo también dispone de importantes propiedades en Argentina, donde se ha comprado parte del Puerto del Rosario.
La historia tiene, de momento, final feliz: los recién casados viven en Miami, donde -efectivamente- hablan castellano en la intimidad.