Menú

Su propia máscara

Stockard Channing tiene una cara horrorosa. También podría ir pensando en cambiarse el Channing por Changing.

Stockard Channing tiene una cara horrorosa. También podría ir pensando en cambiarse el Channing por Changing.
Stockard Channing en The Good Wife

Stockard Channing tenía 34 años en su último año de instituto en Grease. Nos daba igual, lo importante es que se comía al resto del reparto como lideresa de las Pink Ladies. Y la veíamos una y otra vez, como Don Draper y su hijo hacían en la última temporada de la serie con El planeta de los simios ("¿La vemos otra vez?"). Ahora tiene 69 y su entonces preciosa cara tirando a Elizabeth Taylor moderna es como un colchón de lana. Como los que había en mi colegio, que tenía un punto entre dickensiano y galdosiano (nos reíamos mucho con Torres de Malory: las chicas de Enid Blyton jugaban al hockey; nosotras barríamos el patio). Cada mañana había que amasar el colchón, esponjarlo e igualarlo. Las caras mal tocadas e inyectadas de algunas señoras, con esos bultos, da la impresión de que necesiten ser amasadas e igualadas cada mañana. A mí si Belén Esteban o Lara Flynn Boyle tienen las caras echadas a perder me da igual. Pero Stockard Channing es otra cosa. Ya le echamos el ojo en El ala oeste. Ahí empezamos a verle los cambios. Sobre todo porque aparecía y desaparecía, con lo que se notaba más. Algo de lo que ella siempre se ha quejado. Vamos, que se quejaba de su ‘guadianismo’ como primera dama: "Mi única frustración, si puedo contar alguna de haber estado en El ala oeste, es que no estuve lo bastante porque lo mismo estaba dentro que fuera".

Cuando se anunció que Stockard Channing iba a ser la madre de Alicia Florrick en The Good Wife, no pudo haber noticia mejor. Mi serie favorita y una de mis actrices favoritas. Se continuaba con la corriente en la más reciente ficción de no contratar a cualquiera como madre de la protagonista. Shirley McLaine en Downton Abbey; Carol Burnett en Glee (madre de Sue); Mary Tyler Moore en Mujeres de Manhattan (madre de Brooke Shields); Candice Bergen en House (madre de Cuddy), o Diane Baker también en House (madre de Gregory). Lo que antes era una excepción (esas extraordinarias Morgan Fairchild y Katleen Turner como madre y padre de Chandler) ahora es lo que se espera: una estrella como madre de la protagonista.

Pero ves a Stockard en The Good Wife en el comienzo de la quinta temporada y solo estás lamentando su cara (es verdad que lo de Mary Tyler Moore es peor). Y lo mismo pasa con Madeleine Stowe. Ha vuelto Revenge y lo más sorprendente vuelve a ser su cara recauchutada. Piensas en descargo de ambas, a pesar del estropicio, que ahora hay muchas mujeres así y, por tanto, es lógico que también salgan en las series y en las películas. El asunto tiene un punto de realismo. Pero Stockard Channing (Madeleine Stowe está mejor; también es más joven) solo puede hacer televisión y cine ambientado en la actualidad. Nunca podría salir en Juego de tronos. Puede salir Diana Rigg, que para eso ha dejado que la edad cumpla su estúpida misión. No digo que no se hayan hecho nada, pero hay otras mujeres a las que parece que podremos ver haciendo de viejas en películas de época: Meryl Streep, Glenn Close, Mary McDonnell, Patricia Wettig, Sally Field, Dianne Wiest, Michelle Forbes, Connie Britton… O Frances Conroy, que además, habla del problema: "Si eliges ser Frankenstein con Botox y cirugía plástica, has comprado tu propia máscara". Stockard tiene una horrorosa. También podría ir pensando en cambiarse el Channing por Changing. Alguna vez ha dicho que no se ha hecho nada. Pues tendría que buscar al camión que la atropelló.

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura