Cristina Macaya, como las bicicletas, es para el verano. Lleva en Mallorca un trajín que para qué. Y con invitados en casa. Un día, polo benéfico en Son Voll, la alucinógena finca que Christian Völkers (de Engel &Völkers) tiene en el Port des Canonge. Era como entrar en Xanadú pero con caballos y con un camino que mareaba a cualquiera. Tres días después, inauguración del nuevo Capricho en Puerto Portals. Y el viernes, concierto de Madeleine Peyroux en Port Adriano a favor de Projecte Home Balears. El de Port Adriano para el festival Estiva es el escenario ideal para Peyroux. La simpática cantante americana de tobillo gordo, voz negra y pánico escénico dice que como le pongan un sitio grande no canta.
Otra que no para, pero sí canta, es Bimba Bosé, que el martes coincidió con Cristina Macaya y con Marta Gayá en la inauguración del Capricho en Puerto Portals, con Corinna Graf de anfitriona. La nieta de Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, cuya última extravagancia es ir a Sálvame Deluxe a hablar de los hijos de Miguel, para cabreo de éste, fue a pinchar con su amigo David Delfín. Son casi pareja de hecho. Lo son de bolos. Antes ambos tenían antes un Postigo en su vida, Gorka él; Diego, ella, un tipo rico con el que puedes coincidir en un autobús de Madrid. Ahora los siguen teniendo pero ya no como hombres de sus vidas. Bimba, de 37 años, se ha echado un bimbollo. Un modelo rubio de 21 años llamado Charlie Centa, según contaron en LOC Eduardo Verbo y Beatriz Miranda.
Bimba Bosé, la única mujer que podemos mandar a Mónaco para competir con las espaldas de Estefanía y Charlene, tuvo en la celebración del 50 cumpleaños de Alaska una de las más impactantes actuaciones cuando hizo en el Florida Park de su tío Miguel cantando Linda en ‘Esta noche fiesta’ (pañuelo en el bolsillo trasero incluido). Pero la semana pasada tocaba hacer de DJ, sin olvidar que el lunes había estado en el Museo del Traje para un desfile del MFSHOW, de moda masculina. Iba de público. El viernes pasado pinchó en un club de Alicante. Y el sábado estaba en Perelada en la actuación de su tío Miguel (ella también cantó). A la presencia mediática de Bimba en las últimas semanas hay que añadir la entrevista (o lo que sea) que Sara Carbonero le ha hecho en Elle. Fotografiadas una al lado de otra son como si se hubieran puesto juntos David Bowie y María Jesús y su acordeón. Por cierto, que a ésta también le ha dado por versionar el ‘Dramas y comedias’ de Fangoria. Mira, donde esté María Jesús que se quiten todos los transilvanos.
La reapertura de Capricho, terraza y bar de copas, añade a Mallorca, que no para, otro sitio donde dejarse ver (el jueves fue el primer aniversario del triunfante Nikki Beach). El Capricho, como la energía, no se destruye, se transforma. Cuando era el lugar de moda tenía detrás a Mario Conde y a su cuñado. Era un sitio donde resultaba normal ver a las Infantas Elena y Cristina y al Príncipe Felipe. Las cosas han cambiado, no solo en la Casa. Incluso el Tristan, restaurante de Puerto Portals, ha optado por una carta más barata. Pero eso tampoco significa que en Mallorca se haya impuesto algún tipo de ordinario ‘low cost’. Solo hay que ver el espectacular Port Adriano, donde el otro día amarró El Halcón Maltés, el velero construido por Tom Perkins (fue uno de los jefazos de Hewlett-Packard) y que ahora posee Elena Ambrosiadou, millonaria chipriota. No es del material con el que están hechos los sueños, es más caro.
Visto el material del que están hechos los famosos que pueblan nuestras revistas, Bimba por lo menos tiene clase. Es nuestra Stella Tennant. Si la modelo inglesa es nieta de Deborah Mitford, la duquesa viuda de Devonshire (y la última de las hermanas Mitford), Bimba es Bosé Dominguín. Otra aristocracia. Con más espalda.