Doña Cayetana, que no para quieta a pesar de haber cumplido 87 años, evoluciona favorablemente de su caída. Las últimas noticias que llegan acerca de su caída en el hotel donde estaba hospedada en Roma con su marido son satisfactorias.
La duquesa sufrió un accidente, que suele ser muy habitual en personas de edad avanzada. Todo indica que se le rompió el fémur y, como consecuencia de esto, se produjo una caída, y tuvo que ser sometida a una intervención quirúrgica de urgencia.
Lo primero que hizo la familia fue llamar al doctor Trujillo. Él fue quien operó hace unos años a la duquesa logrando que abandonara la silla de ruedas, y él mismo les aconsejó que no la trasladasen a España y que la operasen en la capital italiana.
Su hijo mayor, el duque de Huéscar, fue el primero en viajar a Roma para ver cómo estaba su madre, y todo apunta que en unas horas llegue su hija Eugenia, que acudió a la presentación de la última fragancia para mujer, de la firma para la que ella trabaja.
Al ser preguntada por la salud de su madre y cómo estaba evolucionando, la duquesa de Montoro comentó que afortunadamente, y a pesar del gran susto que se habían llevado, el proceso era favorable. "La noche que se cayó se tomó una pastilla y durmió toda la noche, pero al día siguiente aparecieron los dolores, que eran tan fuertes que no hubo otro remedio que trasladarla a la clínica y su posterior intervención" declaró. "Los médicos nos han dicho que tiene una recuperación de 7 a 15 días, pero como ella tiene esa vitalidad, quiere estar bien para asistir el día 4 de mayo a la boda del hijo de Carmen Tello, pero los médicos no nos aseguran nada. Yo voy unos días, y así relevo a mi hermano Carlos, después acudirá Fernando" comentó.
Eugenia no quiso hablar cuando se le preguntó por la próxima boda de su exmarido, Francisco Rivera, y sólo se limitó a decir que se alegraba mucho, y confirmó que la hija de ambos, Cayetana, sería la madrina.