Para mí el mayor mérito de Margaret Thatcher consistió en cómo con una política bastante anti europea acabó poniendo las bases para convertir a Londres en la verdadera capital de Europa. Cómo consiguió que pidiendo veto y "su" dinero de vuelta fuese capaz de reforzar esa ciudad hasta convertirla en algo como lo que actualmente es. Tan es así que ha conseguido convertir a Madrid, Milán o Paris en simples capitales de provincia. Y al convertirse en la capital de Europa lo ha dejado de ser en parte de Inglaterra. Es difícil encontrarse ingleses en el centro de esa ciudad tomada por tanta gente que se ha ido a vivir ahí.
Londres ha conseguido algo especialmente difícil, captar talento. Muchas de nuestras mejores cabezas están allí desde hace más de veinte años. Sin nada que ver con la política, sin asesores de comunidades autónomas, ni enchufados de cajas de ahorro. Gente que madruga todos los días, va en metro a su oficina y se mata a trabajar compitiendo con lo mejor de cada país. Nadie les ha regalado nada.
La semana pasada cenando con un amigo que trabaja en la city discutíamos sobre el porqué del éxito del modelo inglés. Yo lo basaba en personas y hechos clave; él, en un modelo social. Mi amigo, que lleva más de cinco años matándose a trabajar, admira la cultura meritocrática y de esfuerzo/superación. Era lo que veía a su alrededor y donde pretendía criar a sus hijos. Él defendía que no eran los seres individuales sino el conjunto de una sociedad y la moral predominante en ella. Era una conversación que excedía el vino, el lenguado y las dos copas que llevábamos. Yo, por mi lado, siempre he pensado que la gran diferencia de España con Inglaterra es que siempre han tenido la suerte de que en los momentos clave de su historia ha aparecido la persona correcta, saben formar y elegir elites.
Tuvieron a Lord Wellington mientras que nosotros sufrimos a Manuel Godoy. Manuel Azaña comparado con Winston Churchill. ¿Margaret Thatcher o Adolfo Suárez? Mala suerte la nuestra. Y eso que Margaret Thatcher no es mi personaje favorito, pero no cabe duda de que tuvo determinación para cambiar cosas que no le gustaban. Desde luego fue un personaje muy efectivo, visual, y cuyo efecto se nota porque 22 años después de su retirada su imagen sigue marcando la política inglesa. "Salvó a Inglaterra", apostilló ayer un David Cameron quizás un pelín demasiado sentimental.
Inglaterra ha conseguido reinvertarse, y eso le debe mucho a Margaret Thatcher y al nuevo rumbo que marcó. Pero además ocurre que en Inglaterra el rumbo político se mantiene, sin que al siguiente primer ministro se le ocurra desmontar y cambiar todo lo anterior. Hablando en plata, algo como Rodríguez Zapatero sería simplemente imposible. En cultura democrática es donde de verdad nos llevan siglos.