Las declaraciones del diestro José Ortega Cano en el juicio que ya ha dado comienzo por el accidente de automóvil, ocurrido el 28 de Mayo del 2011, que le costó la vida a Carlos Parra, han sido sorprendentes.
Ortega Cano no asume ninguna responsabilidad de los delitos que se le imputan, y piensa que se ha cometido una injusticia con él al ser una persona conocida. Un planteamiento que carece que de lógica, ya que el mero hecho de ser famoso no implica que la justicia se vaya a ensañar con él. Lo normal será que los jueces valoren los hechos, que para eso se está celebrando un juicio.
Durante la declaración, volvió a asegurar que no probó ni una gota de alcohol ese día, pero en el transcurso del mismo sí admitió que se mojó los labios, al haber bebido un poco de champagne. Las pruebas toxicológicas no concuerdan con la versión del maestro, ya que la tasa de alcohol en sangre era muy superior a la permitida.
Me comentan que durante el tiempo que duró su intervención se le pudo ver nervioso, triste y muy serio. Sus abogados han solicitado que la prueba de alcoholemia se anule pese a tratarse de una prueba fundamental, alegando que la extracción de sangre que se le hizo nada más llegar al centro hospitalario fue con fines terapéuticos, y al estar guardado durante un tiempo antes de ser analizada, cabe la posibilidad de que haya sido contaminada. Por su parte, la juez que lleva el caso no se ha pronunciado, y lo hará cuando dicte sentencia.
José Ortega siempre ha dicho con respecto a este tema que está dispuesto a acatar lo que los jueces decidan, y siempre se ha mostrado resignado, pero lo que está muy claro es que sus abogados van a por todas y han preparado una buena defensa.
No hay que olvidar que está acusado de un delito de homicidio imprudente, y otros dos contra la seguridad vial. A consecuencia de esto, la Fiscalía solicita 4 años de cárcel, mientras que la defensa pide la libre absolución. Lo que si está muy claro es que la expectación está servida, y que habrá que esperar hasta el 19 de marzo, cuando se celebrará la última vista oral.