Freddy, además de un plan, tiene un calendario. Es sencillo. El 9 de julio lo proclamarán candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. Poco después, Rubalcaba dimitirá de todos los cargos que tiene en el Gobierno, lo que abrirá una mini crisis que resolverá el propio Freddy dictándole a Zapatero quién tiene que poner al frente de Interior y de la vicepresidencia primera del Gobierno. Me juego un Cohiba de los gordos a que el agraciado es Ramón Jáuregui. Quien sustituya a éste en Presidencia es poco relevante.
Luego, se celebrará la conferencia ideológica del PSOE el fin de semana que va del 30 de septiembre al 2 de octubre. Esta conferencia es lo que se inventaron en el Comité Federal para disimular que el Congreso Extraordinario que habían reclamado los barones con el pretexto de hacer un repaso a la ideología del PSOE tenía como fin encumbrar a Rubalcaba a la candidatura sin pasar por unas primarias. Liquidada Chacón, y siendo Freddy candidato único, ya no había inconveniente en celebrarlas. Pero, teóricamente no se le había dado gusto a los barones en su exigencia de repasar la ideología del partido. De forma que se inventaron lo de la conferencia para representar la comedia de la revisión ideológica.
Inmediatamente, a principios de octubre, Zapatero, en contra de su voluntad, firmará el decreto de disolución de las Cámaras y convocará elecciones para 54 días después, tal y como exige la ley, es decir, para el 27 de noviembre. Se hará así porque, de no convocarse, la presencia de Rubalcaba en los medios, una vez fuera del Gobierno, disminuiría al ser sólo un candidato a unas elecciones que no están convocadas. Tampoco podría Freddy en tal caso desgranar propuestas sin el riesgo de que le contesten que, si esas medidas que propone son tan buenas, por qué el Gobierno de su partido no las aplica ya sin esperar a las elecciones de marzo. Además, en esta ocasión, no se pueden hacer coincidir las andaluzas y las generales, pues la debacle socialista en toda España condenaría al PSOE al desastre en Andalucía, donde todavía no las tienen del todo perdidas. Lo mejor para intentar ganarlas es darle a Rajoy la oportunidad a partir de diciembre de que encabrone a los españoles con las medidas laborales y económicas que inevitablemente tendrá que tomar y esperar a que la irritación sea tanta como para que el electorado andaluz vuelva en marzo a confiar en los socialistas. No les resultará fácil, pero no es imposible.
Sólo queda por saber cuándo se hará Rubalcaba con la secretaría general del partido. Tiene que ser antes de las elecciones, porque después corre el riesgo de que no quieran dársela si los resultados son muy malos, que tiene toda la pinta de que lo serán. La última puñalada que Freddy le clavará a Zapatero será esa. Veremos la fecha que escoge para darla.