"¡Pumba, pumba, pumba, el cortijo se derrumba!"... Ese era el grito más coreado el pasado sábado en Sevilla en la multitudinaria manifestación contra el decreto de la Junta Andalucía que quiere hacer fijos a los enchufados de las empresas públicas. ¿Será verdad que el Régimen socialista andaluz, que parecía eterno, se está desmoronando?
Parece que se nos van
insalvablemente a pique.
No hay nadie que pronostique
la victoria de Griñán.
Neurasténicos están,
y ya en la calle retumba
el escombro y el cascajo...
¡Que el cortijo se derrumba
y nos va a pillar debajo!
Un Régimen que era fijo,
firme, inmutable y eterno,
y que ha ejercido el gobierno
como quien manda un cortijo,
es ahora un revoltijo
de desorden y balumba,
en un caos del carajo...
¡Que el cortijo se derrumba
y nos va a pillar debajo!
De la Borbolla (Pepote),
Manuel Chaves (el patán),
y por último, Griñán,
que no tiene ya ni mote,
que no encuentra quien lo vote,
y hasta su gente le zumba
con el mayor desparpajo...
¡Que el cortijo se derrumba
y nos va a pillar debajo!
En sus ferias y verbenas,
se ha disipado el glamour;
la histeria del Canal Sur
se palpa en sus tres cadenas.
Y aunque no creo que Arenas
los deje sin su trabajo,
y que su momio sucumba...
¡si el cortijo se derrumba,
a alguien pillará debajo!