Me gusta, José Luis, que evoluciones
y reces al Señor tus oraciones.
Tendrá unas consecuencias planetarias
que al Creador dirijas tus plegarias.
Tal vez si te arrodillas en el suelo
conmuevan más tus súplicas al Cielo.
Sin timidez, escrúpulos ni historias,
ya te saldrán, con fe, jaculatorias.
Devotamente, a Dios, y sin tropiezos,
irás bisbiseándole tus rezos.
Si el Dios cristiano, en fin, te da jaqueca,
puedes rezar mirando hacia la Meca.
O puede que la fe que te sacuda
resulte ser la exótica de Buda.
Aunque hay quien ve clarísimo que tú
le tienes devoción a Manitú.
En todo caso, en medio de tus preces,
te ruego, por favor, que no bosteces.
Y que antes de intentar que Dios te asista
se pase a visitarte un exorcista.