A las nueve y media de la mañana del martes 18 de marzo de 1980 la banda terrorista ETA asesinaba en Madrid al soldado de infantería JOSÉ LUIS RAMÍREZ VILLAR. El objetivo del atentado era el general de división Fernando Esquivias Franco, a quien José Luis, destinado en la Policía Militar, daba protección. Por ello permanecía en la calle, a mitad de camino entre el domicilio del general y el coche oficial del Ejército de Tierra estacionado en la esquina más próxima, en la plaza de Cibeles.
A las 16:45 horas del día 19 de marzo de 1988, la banda terrorista ETA asesinaba en Durango (Vizcaya) al guardia civil PEDRO BALLESTEROS RODRÍGUEZ, primera víctima mortal de ese año. También resultó herida leve su esposa, María del Carmen López.
Pasadas las 21:00 horas del 20 de marzo de 1986 dos pistoleros de ETA entraron en el Bar Nikol de Zumaya (Guipúzcoa) y uno de ellos, sin mediar palabra, disparó a quemarropa al camarero JOSÉ IGNACIO AGUIRREZABALAGA DE LA GRANJA, provocándole la muerte en el acto. En ese momento se encontraban en el local un total de seis personas, incluido José Ignacio.
El 21 de marzo de 1981 fallece RAMÓN ROMEO ROTAECHE, incapaz de superar las gravísimas heridas que le provocó un atentado cometido dos días antes. Sobre las diez de la mañana del jueves 19 de marzo de 1981, un disparo en la nuca, efectuado por una etarra de unos veinticinco años, hería gravísimamente al teniente coronel Romeo Rotaeche cuando salía de la basílica de Begoña en Bilbao. A última hora de la tarde del 19 de marzo se hizo público un parte médico anunciando que el herido estaba en coma profundo.
Poco después de las tres de la tarde del lunes 22 de marzo de 1982, dos inspectores de Policía y la novia de uno de ellos, argentina, resultaron muertos en un atentado perpetrado por ETA en la localidad vizcaína de Sestao. Otros dos policías quedaron gravemente heridos.
Una semana después del asesinato del presidente de la Hermandad de Legionarios, José María Maderal Oleaga, a las 8:40 horas del día 23 de marzo de 1979 tres miembros de la banda terrorista ETA asesinaban a tiros en Vitoria al inspector de Policía ANTONO RECIO CLAVER en la entrada al almacén de fontanería que regentaba junto a su mujer.
El 24 de marzo de 1973 la banda terrorista ETA cometió uno de los asesinatos más execrables y siniestros de su ya, de por sí, execrable y siniestra historia. Un crimen que avergüenza a sus propios autores, la mayoría de ellos hoy reinsertados. Es uno de los secretos mejor guardados por la banda terrorista ETA, que todavía no se ha responsabilizado oficialmente de los tres asesinatos, ni ha emitido comunicado alguno en el que explique qué hizo con los tres muchachos.
Un día después de los asesinatos de Dámaso Sánchez Soto y José Artero Quiles, en torno a las 8:30 del 25 de marzo de 1980, ETA asesinaba en Bilbao al subdirector de La Unión y El Fénix y conde de Aresti, ENRIQUE ARESTI URIEN. Enrique subía en esos momentos las escaleras que conducían a las oficinas de las dos empresas en las que trabajaba.
Pasadas las tres de la tarde del 26 de marzo de 1982, dos terroristas muy jóvenes, pertenecientes a los Comandos Autónomos Anticapitalistas, rama escindida de ETA, asesinaban a tiros en San Sebastián al delegado provincial de la Compañía Telefónica Nacional de España, ENRIQUE CUESTA JIMÉNEZ, y herían gravemente al policía nacional Antonio Gómez García, que prestaba protección al primero. Antonio moriría cinco días más tarde, el 31 de marzo.
Una semana después del asesinato del teniente coronel José Luis Prieto García, en la madrugada del 27 de marzo de 1981, varios terroristas de ETA asesinaban de un tiro en la nuca, en una zona deshabitada de la localidad guipuzcoana de Tolosa, a JUAN COSTAS OTAMENDI, después de haberle secuestrado y atado con cadenas.