Está claro que ha sido una suspensión-trampa para seguir tramando contra la ley. Los golpistas ofrecen esta engañifa siguiendo la estrategia de la tregua-trampa de ETA.
No hay nada mejor para fumigar que convocar unas elecciones parlamentarias en las que se aplique el principio democrático 'cada ciudadano un voto', sin desequilibrios tramposos que favorecen a los más provincianos.
El presidente podrá ser incapaz de gestionar las complejidades de Washington, pero no cabe duda de que es un maestro usando contra sus rivales lo peor de ellos mismos.
Llega la hora de lanzar una verdad acorde con el sentimiento de los oprimidos, esa "inmensa mayoría" harta de falacias como la renta per cápita, que reclama libertad para su expresión y censura de cualquier otra.
En esa primera plana os llaman "gilipollas" unas personas que sí que pueden presumir de muertos por la libertad de expresión. Vosotros sólo podéis presumir de mentirosos.
Cientos de sacerdotes y obispos catalanes se han sumado a la injusticia, la opresión y la inhumanidad. Para denunciar su infame actitud se podrían utilizar los mismos argumentos que el papa Pío XI utilizó para denunciar el comunismo y el nazismo.