Se trata de hacer que en Cataluña vuelva a regir la Constitución y de aplicar a todo el peso de la ley a los que la han dejado sin efecto en esas tierras.
–Démonos una pausa, Irene, amiga.
–¿Una pausa? ¿Por qué? ¿Ya no me quieres?
–No, Irene, no, pues para mí tú eres…
–¿Qué soy? ¡Dime qué soy, porque me intriga!
Ahí siguen y ahí van a seguir: amarrados al escaño y al sueldo y a las dietas, que la independencia está muy bien, pero con las cosas de pillar no se juega.
Emergieron voces hostiles a esta visita por parte de los sospechosos usuales: radicales islámicos, palestinos locales, militantes antisionistas y judíos izquierdistas.
Sería una marrullería que los hispanoamericanos resentidos contra España pretendiesen realizar sus ideales indigenistas en los proyectos del nacionalismo catalán.