LD (M. Llamas) Este viernes se han conocido tres nuevos datos que reflejan la gravedad de la situación económica en España: El alza de los precios (5,1 por ciento en junio), la restricción del crédito (credit crunch español) y la caída de las ventas minoristas (es decir, recesión del consumo, tal y como avanzó LD). Factores que, nuevamente, han hundido la confianza de los consumidores en la economía, tanto a nivel español como europeo.
Sin embargo, la economía nacional no es la única que atraviesa dificultades. “¿Qué países corren el riesgo de sufrir un aterrizaje duro. Es decir, una fuerte desaceleración del crecimiento o una recesión pura y simplemente?”
Las economías que, actualmente, se encuentran en una situación de riesgo son EEUU, Reino Unido, España, Irlanda, Italia, Portugal, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Letonia, Estonia y algunos otros países del centro y sur de Europa, según el economista Nouriel Roubini, uno de los grandes gurús que se anticiparon al estallido de la crisis subprime.
Según Roubini, y pese a que los últimos datos oficiales afirman que el PIB de EEUU creció un 1 por ciento interanual en el primer trimestre de 2008, la economía estadounidense “ya se encuentra en recesión”. Y es que “ciertos indicadores” reflejan esta conclusión.
El PIB intermensual presenta un crecimiento negativo desde el pasado mes de febrero. El desempleo lleva cinco meses consecutivos aumentando (hasta elevarse al 5,5 por ciento). Además, la mayoría de los componentes de la demanda agregada (duraderos y no duraderos, la inversión residencial, o el gasto del sector empresarial) se encuentran ya en crecimiento negativo; por último, la producción industrial y la producción manufacturera siguen cayendo.
Es decir, resulta evidente que “tanto la oferta como la demanda está ya en recesión”, advierte. Precisamente, España presenta una situación idéntica en este sentido, tal y como avanzó LD. El único interrogante reside en saber si se trata de una recesión “breve y superficial” (en forma de V, con una duración próxima a los seis meses), o bien “más larga y profunda” (en forma de U, de entre 12 y 18 meses de duración).
Elevado endeudamiento
Según Roubini, la segunda opción es la correcta, debido a que el mercado inmobiliario estadounidense registra su peor situación desde la Gran Depresión de los años 20, la restricción del crédito se extiende, la inflación va en aumento y el petróleo registra precios récord.
Un panorama desolador que amenaza con golpear con toda su fuerza a otras economías desarrolladas. Sobre todo, a “España, Gran Bretaña e Irlanda, en donde se han producido burbujas inmobiliarias, incluso, superiores a la de EEUU”, advierte. Además, la burbuja crediticia (exceso de endeudamiento) no se limita tan sólo a la vivienda ya que, al igual que en EEUU, estas economías presentan una “excesiva deuda no garantizada de consumo” a través de tarjetas de crédito y préstamos no hipotecarios.
A ello, se suma el elevado déficit por cuenta corriente, que refleja la necesidad de financiación externa. Precisamente España presenta el déficit más elevado del mundo en términos de PIB. Italia y Portugal se encuentran en una situación similar, y también se acercan a la recesión económica, añade Roubini. En este sentido, uno de los principales problemas de Portugal, Italia, Grecia y España (los conocidos por países PIGS de la Eurozona) consiste en el creciente deterioro de su competitividad a raíz de la apreciación del Euro respecto al dólar.
El dólar arrastra la competitivdad europea
En concreto, estas cuatro economías cuentan con una mano de obra intensiva y de bajo valor añadido. De hecho, el economista afirma que “ya estaban perdiendo cuotas de exportación a Asia, antes incluso de que se produjera la apreciación del euro”. Así, “un euro próximo a 1,60 dólares, y su fuerte apreciación respecto a las monedas asiáticas” constituyen el principal problema para este conjunto de países, señala Roubini. A ello, se suma la extensión de la crisis subprime y la consiguiente falta de liquidez.
Además, las empresas europeas dependen más de la financiación bancaria que las compañías estadounidenses, mucho más apoyadas en el mercado de capitales (es decir, la bolsa). “Por lo tanto, no es de extrañar que, después de un buen primer trimestre, el crecimiento se ralentice drásticamente en Europa y en la zona euro, incluida Alemania. Así lo reflejan ciertos indicadores, tales como la producción industrial y la confianza empresarial.
Como consecuencia, Roubini no da margen a la esperanza: “Reino Unido, España, Irlanda, Italia y Portugal se dirigen hacia un aterrizaje duro (recesión), mientras que el crecimiento disminuirá dramáticamente en el resto de la zona euro”.
Japón también sufre el riesgo de padecer una “recesión”, ya que su economía depende, en gran medida, del consumo estadounidense y de la debilidad del yen respecto al dólar. Sin embargo, la recesión estadounidense y la caída del billete verde arrastrarán también a Japón.
En menor o mayor grado, países como Canadá, Nueva Zelanda, Letonia, Estonia y algunas otras economías del centro y sur de Europa se encuentran en la misma situación, al verse afectados igualmente por las presiones inflacionistas, el alza del crudo, la debilidad del dólar, la desaceleración del PIB y la caída del empleo. ¿Recesión global?