Numerosas voces (pero silenciadas en Europa) temían que la retirada israelí convirtiera Gaza en la base para la creación de un rogue state, un "Estado canalla", en la Franja y la Margen Occidental. La organización terrorista Hamas, vencedora de los recientes comicios palestinos, no hace sino darles más peso cada día que pasa.
Unos terroristas de Hamas han secuestrado a un soldado israelí y han amenazado con asesinarlo si Jerusalén no lo canjea por terroristas palestinos presos en cárceles israelíes. Chantaje infame que debería sonarnos y provocar nuestro más vivo y público repudio; especialmente ahora, que acabamos de conmemorar (no todos) el asesinato de Miguel Ángel Blanco...
El Gabinete Olmert ya ha respondido. Con un rotundo no y con operaciones militares que buscan rescatar al cabo Gilad Shalit, castigar a los criminales que lo mantienen cautivo y advertir con toda la firmeza a ese otro Estado canalla, Siria, de las consecuencias de apoyar o cobijar a los cabecillas de los grupos terroristas palestinos.
Israel, pues, ya ha respondido. Hamas también, manteniéndose en sus trece. Le toca el turno a la comunidad internacional. La firmeza, como recordaba ayer el GEES, "está dando sus frutos".
No hay nada que negociar con terroristas. Que les quede claro. A ellos, a sus cómplices y a los pescadores en aguas turbulentas.
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