Dennis Prager
Con esta primera columna, inauguro una serie de artículos dedicados a explicar y defender el caso por los llamados valores judeo-cristianos.
Hay una batalla épica desarrollándose ahora en el mundo acerca de qué sistema de valores debe adoptar la Humanidad. Hay básicamente 3 competidores: El laicismo europeo, los valores judeo-cristianos estilo EEUU y el Islam.
Ahora es el momento de abogar por los valores judeo-cristianos, específicamente los valores bíblicos. Creo que son el mejor grupo de valores para guiar la vida de personas y sociedades. Lamentablemente, suelen ser explicados sin racionalidad, hasta por creyentes judíos y cristianos, ahora, imagínenlo por los no creyentes y los miembros de otras creencias.
Así es que éste es el principio de un proyecto definitivamente ambicioso. Muchísima gente está profundamente desorientada entre lo que es el bien y el mal. Para poner un ejemplo: Miremos la confusión moral entre el valor de la vida humana y la vida de los animales.
Vengo preguntando desde 1970 a estudiantes americanos si ellos preferirían salvar la vida de su perro o la de una persona no conocida, ganando hasta ahora el perro...
A finales de 2004, una mujer de Tucson, Arizona mandó a los bomberos a su casa en llamas diciéndoles que sus tres bebés estaban dentro. Los bebés de los que la mujer hablaba y por los que los bomberos arriesgaron sus vidas eran sus tres gatos.
La organización más conocida en defensa de los animales, PETA, patrocinada por los mejor educados de nuestra sociedad, ha lanzado una campaña internacional titulada "Holocausto en su plato" en la cual iguala freir millones de pollos con la cremación de millones de judíos en el Holocausto. Para PETA y sus partidarios, no hay diferencia entre la vida de un pollo y la vida humana.
Sólo una época tan moralmente confundida como ésta podría producir tanta gente que no distingue la distancia inconmensurable del valor entre la vida humana y la vida animal. Estamos viviendo esa época.
En gran medida, los valores fundados en Dios y la Biblia han sido reemplazados por valores laicos. El resultado es, como bien predijo el pensador británico G.K. Chesterton al principio del siglo XX: "Cuando la gente deja de creer en Dios, no es que no crean en nada, es que pasan a creer en cualquier cosa."
Sí, el registro moral de la Europa cristiana es una mezcla, especialmente la relación con su única minoría religiosa continua: los judíos. Y uno tiene que ser muy inocentón para pensar que creer en Dios y en la Biblia garantiza la perfección moral y ni mucho menos comportamiento decente.
Así es que Chesterton tenía razón. El colapso del Cristianismo en Europa la llevó a los horrores del nazismo y del comunismo. Y a las confusiones morales de estos tiempos, como la comparación moral de un país libre como los Estados Unidos con la totalitaria Unión Soviética, o de un país amante de la vida como Israel con sus enemigos, amantes de la muerte.
La muy citada frase "La religión nos ha llevado a más guerras y maldad que ninguna otra causa" es una mentira popularmente aceptada. Los sucesores laicos del Cristianismo han asesinado y esclavizado más gente que todas las religiones de la Historia (a pesar que elementos significativos dentro del Islam, religión no judeo-cristiana, hoy asesinan y esclavizan por igual y si no se detiene ya mismo en Sudán y en otros sitios podrían emparejar las cifras con el nazismo o el comunismo).
En realidad, fue un judío laico, el gran poeta alemán Heinrich Heine quien comprendió que a pesar del antisemitismo y otros errores morales, el cristianismo en Europa fue lo que previno la masacre al por mayor de seres humanos, algo que ya era rutinario con el colapso del Cristianismo. En 1834, 99 años antes de que Hitler y los nazis se llegaran al poder, Heine advirtió:
En Alemania se producirá un drama que hará que la Revolución Francesa parezca algo inofensivo y banal. El cristianismo ha frenado el ardor militar por un tiempo pero no lo destruyó; una vez que el talismán moderador (la cruz) se haga añicos, el salvajismo se levantará otra vez...
Lo que tenemos que hacer hoy es abogar de manera racional y persuasiva sobre la necesidad de abrazar los valores que vienen de la Biblia. Nuestro caso debe ser más convincente que el que hacen los que representan los valores antibíblicos y que nos regalan a través de las instituciones educativas laicas del mundo occidental y de los medios informativos (noticias, cine y televisión)
Esto es lo que pretendo hacer. Los acontecimientos en las noticias me obligarán a escribir artículos sobre esos acontecimientos, pero no creo que nada de lo que haga en mi vida pueda compararse con la importancia de persuadir sobre los valores de la Biblia para que guíen nuestra vida y nuestra sociedad. Como judío que soy, me refiero al Antiguo Testamento como "bíblico", pero esto no debería ser ningún problema para mis lectores cristianos, ya que también es la primera parte de su Biblia. En realidad, como bien dijo el gran pensador judío Maimónides hace ya más de 800 años, son primordialmente los cristianos los que han difundido el conocimiento sobre la Biblia de los judíos a la Humanidad.
©2005 Creators Syndicate, Inc.
©2005 Traducción por Miryam Lindberg
Dennis Prager es uno de los periodistas y comentarista radiofónicos más respetados de Estados Unidos, su programa se transmite desde Los Ángeles diariamente desde 1982. Sus artículos aparecen en grandes publicaciones americanas como Wall Street Journal, Los Angeles Times, Townhall y el Weekly Standard.