Alberto Ferrer comenta lo de "persona humana", que tantas veces se oye. En su opinión, se trata de "una redundancia", por lo que valdría decir simplemente "persona". En efecto, lo de "persona humana" y "derechos humanos" son pleonasmos, pues las personas son siempre humanas y los derechos también se asignan a los hombres. Solo de forma analógica se puede hablar de "derechos de los animales" y aun de "las cosas". El abuso del adjetivo humano proviene del mimetismo con la lengua inglesa. De todas formas, la figura del pleonasmo es legítima para dar énfasis a la oración. No es lo mismo decir que uno "vio el accidente" que "lo vio con sus propios ojos". Tiene más fuerza decir que "no hay manera humana de convencerlo" que "no hay manera de convencerlo". Es así, la lengua española es muy retórica y ampulosa.
José Luis Germán, habitual de este rincón, da una atinada interpretación de por qué se dice ahora punto y final en lugar del correcto "punto final". Dice: "La respuesta es muy sencilla: no tuvieron nunca dictados en el bachillerato". Otra tacha que señala en el lenguaje usual: "el arma asesino", creyendo que el artículo confiere el género masculino a "arma". Otro lamento de don José Luis: "¿No existe otro verbo que iniciar?". Es claro que sí. Lo dice con ironía ante la reiteración de inicio e iniciar. Quizá suene más fino de "empezar" o "comenzar". Al final, resulta cansino.
Jorge Hernández (Alicante) quiere saber si se debe decir "las Olimpiadas de Madrid 2012" o "los Juegos Olímpicos de Madrid 2012". Algunos puristas sostienen que el acontecimiento cuatrianual es el de los Juegos Olímpicos, quedando las Olimpiadas para el intervalo de tiempo entre uno y otro acontecimiento. Puede que fuera así para los griegos clásicos, pero eso queda muy lejos. Hoy es más sencillo decir "las Olimpiadas" para el correspondiente festival deportivo. Por cierto, qué español es eso de que el señor Carod se oponga a que las Olimpiadas de 2012 se celebren en Madrid. Es coherente con eliminar la fiesta de los toros, proscribir la tortilla de patata o el jamón ibérico. Solo un español castizo puede llegar a esos exabruptos.
Don Jorge recoge de las noticias de Antena 3 un reportaje, sobre un accidente. Sobre la imagen del padre de la víctima se sobreimpone este letrero "Padre fallecido". Hay que perdonar el error. Los periodistas andan siempre recortando frases para sus titulares. Por ejemplo, lo de "Princess Diana" era muy largo para la prensa sensacionalista, en la que se necesitan palabras cortas para titular con letras grandes. Solución, la "Princess Diana" se trocó en "Lady Di", y así pasó a todas las lenguas.
Pedro Bringas Casado (zamorano de nación y de familia perigülana, como yo) me plantea si se puede decir "hacer de comer" como variación de "hacer la comida". Mi paisano sostiene que en Benavente (Zamora) dicen "hacer de comer". Acéptese como regionalismo, aunque a mí no me suene. La lengua del pueblo es siempre más variada que la de los lexicones.
A Fernando Rodríguez Fernández (León) le molesta el abuso del prefijo súper (aunque no le coloque la tilde). En todo caso lo ve bien con los sustantivos (superhombre) pero no con los adjetivos (supercontento). Me parece un exceso purista. Toda la vida se ha utilizado el súper con adjetivos: superdotado, superabundante, superferolítico. Es evidente el carácter ponderativo que se da a muchas palabras compuestas con el prefijo súper. La más enfática puede ser el ñoñismo superguay. En la esfera del consumo el súper se ha quedado corto al lado de otros prefijos hiperbólicos: extra, híper, macro. Veremos pronto el giga. Ya de paso don Fernando me plantea su extrañeza de la voz politólogo, empleada por Zapatero. Es un uso bastante común. A fin de cuentas, se forma con dos raíces griegas: politeia (la cosa pública) y logos (ciencia). En cambio, sociólogo es un híbrido del latín (socius, societas) y el griego. También se puede decir politicólogo, pero está en desuso. Lo castizo es "científico de la política", pero suena un tanto grandilocuente.