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EDITORIAL

Sólo faltó el “Haz el amor y no la guerra”

Fíjense que hasta el mismísimo Llamazares ha resaltado su “carácter utópico” y ha pedido “mayor concreción”...

Que si “alianza de civilizaciones”, que si “la igualdad de sexos como alternativa a la guerra contra el terrorismo islámico”... ZP, desde luego, se ha superado. Fíjense que hasta el mismísimo Llamazares ha resaltado su “carácter utópico” y ha pedido “mayor concreción”...
 
Si Acebes ha recomendado a Zapatero que empiece por coordinar a su gobierno antes de proponer “acuerdos planetarios”, Zaplana también ha estado acertadamente mordaz al equiparar el discurso presidencial con un “texto escolar”. Con todo, nos cuesta creer que los textos escolares pequen de tanta cursilería vacua como la que ha hecho gala nuestro presidente ante la ONU, solo superada por lo de la “bocanada de aire fresco” con el que algunos han dado la bienvenida a ese, en realidad, viejo y falso idealismo con el que ZP camufla su absoluta irresponsabilidad.
 
En defensa de la infancia, diremos que los niños, además, suelen tener un sentido, a veces incluso exacerbado, de la coherencia y de la lógica que, ciertamente, en el discurso de ZP ha brillado por su ausencia. Pocos niños entenderían eso de que se requiere más "heroísmo" en retirarse que en combatir al terrorismo, ese mismo que trata de abortar la transición iraquí o que acaba de masacrar a dos centenares de personas en Madrid. Si lo llegaran a aceptar, preguntarían a renglón seguido a ZP por qué, entonces, ha firmado una resolución de la ONU que entre otras cosas reclama a la comunidad internacional el envío de tropas a Irak.
 
Nuestros escolares también cuestionarían lo “heroico” que es enviar tropas en apoyo a la transición afgana cuando no lo es hacerlo en apoyo a la transición iraquí. Creemos que hasta un niño podría entender que la “igualdad de los sexos” no es una alternativa sino, por el contrario, una razón más para combatir con la fuerza a quienes por la fuerza quieren imponer un sistema totalitario que incluye de manera destacadísima la total subyugación de la mujer.
 
Lo de la “alianza de las civilizaciones” es, simplemente, una pomposa estupidez de tal calibre que sólo la diría un niño como algo inculcado por la estupidez de lo políticamente correcto —esa sí, frecuente— en muchos de sus docentes. Porque sencillamente la civilización del respeto a la libertad individual y que aspira a la libre cooperación de todos los hombres podrá, como mucho, coexistir pero no “aliarse” con un mundo que disuelve al individuo en su umma o comunidad de creyentes y que proscribe al infiel junto a la libertad política y económica. La tolerancia se desvanece si tolera la intolerancia. Es el mundo musulmán el que tiene que demostrar que es compatible con la libertad religiosa; es esa “civilización” la que se tiene que democratizar y la que debe albergar en su seno la libertad y la igualdad entre los sexos. Y en esa tarea podemos y demos ayudarles con todos los medios necesarios.
 
Aunque algo también tenga de pueril, el discurso de Zp se asemeja, más bien, al pasotismo juvenil pretenciosamente idealista del “Haz el amor y no la guerra” o al “All you need is Love” de Lenon, solo que aquí el “amor”, en lugar de entre personas, lo sería entre “civilizaciones”...
 
Zapatero, con todo, se consuela diciendo que el suyo es un mensaje que “conecta con los jóvenes”. Será con los que reciben su formación de política exterior en “Crónicas marcianas”. Desgraciadamente, son legión.

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