El envío a través de Internet de un vídeo promocional de George W. Bush algo más agresivo de lo habitual ha hecho llamar la atención de los medios españoles sobre el uso de la red en la campaña por la presidencia norteamericana. En Estados Unidos, de lo que se está hablando es del software empleado por los sitios web de los candidatos, discutiendo hasta qué punto la elección del mismo es consecuencia de las ideas políticas, asociando software libre a izquierdas y propietario a derechas.
La red es un medio que cuenta con dos grandes ventajas para un político, y más para un político en campaña. La primera es que permite un canal de información que conecta directamente con el votante, sin necesidad de intermediación de los medios. No obstante, para que esto funcione, es necesario algo más que el estilo de agencia que suelen adoptar los partidos en España. Hay que procurar mandar un mensaje más claro, directo y personal. Hay que dar al votante lo que éste desea leer, no lo que el político quiere que lea, porque eso suele ser un bodrio. Y no hace falta más que pulsar el ratón para huir de los ladrillos con los que nos aburren, para nunca volver.
La segunda es que puede resultar un buen modo de organización de la militancia. A través de correo electrónico o SMS se puede enviar información, convocatorios y consignas. Se puede emplear la red para explicar y razonar ideas y posturas sobre asuntos concretos, para intentar que éstas puedan repetirse en conversaciones de sobremesa y discusiones de café entre amigos.
Pero estas técnicas apenas están despegando en Estados Unidos, de modo que difícilmente las veremos en España más que como iniciativas individuales de algún político aislado. Ya sabemos todos que en asuntos de Internet, llevamos siempre un par de años o más de retraso.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.