¿Tiene España un servicio secreto fiable para defender nuestros intereses nacionales? Si recordamos que los servicios secretos españoles no supieron advertir a España de la invasión marroquí del islote Perejil, podríamos pensar que no. Y si leemos la noticia publicada por un diario nacional el jueves 22, la preocupación aumenta. Según este diario, el servicio secreto español, CNI, investiga una supuesta “pista argelina” de acuerdo con la cual serían los servicios secretos argelinos los que estarían detrás de los integristas marroquíes que atentaron en Casablanca. ¿Su objetivo? Desestabilizar Marruecos para debilitar su posición en el Sáhara. ¿El beneficiario de la difusión de esta “pista argelina” que sólo aumenta la confusión? Marruecos. Por eso mismo sorprende que esta peregrina tesis de la “pista argelina” sea propagada, no ya por Marruecos... ¡sino por el servicio secreto español! Servicio que está dirigido, no lo olvidemos, por el antiguo embajador de España en Marruecos.
La teoría de la “conspiración argelina” no se tiene en pie. Según la misma, los servicios secretos argelinos están detrás de los integristas marroquíes que también estarían respaldados por los integristas argelinos. Sin embargo... los datos son más bien los opuestos. Dejando de lado que esta “tesis” supondría que los propios servicios secretos argelinos habrían estado matado a soldados y civiles argelinos (no marroquíes) en la guerra civil, está probado, y no es una mera hipótesis, que terroristas islamistas argelinos tenían su lugar de refugio en Marruecos. Está probado que Hassán II intentó negociar la extradición de terroristas islamistas argelinos a cambio de que Argelia dejara de apoyar al Frente Polisario. Y es obvio, que el primer beneficiario del terrorismo islamista argelino ha sido Marruecos, que ha visto así como se debilitaban sus adversarios argelino y saharaui.
El periódico que dice ser cercano al CNI dice que “un Marruecos débil e inestable favorece los intereses de Argelia”. Pero silencia que una Argelia débil e inestable favorece los intereses de Marruecos. El colmo llega cuando el editorialista de dicho periódico confiesa que si España asumiera “el papel de ex potencia colonial” tendría que “defender tesis polisarias”, posibilidad ésta que al editorialista le produce pavor. ¿Por qué? ¿Acaso porque incomodaría a Marruecos?
Lo peor no es que los “análisis” que el diario en cuestión refiere al CNI sean propios de descerebrados; lo peor es que se ha perdido incluso el miedo a caer en el ridículo. En efecto, la noticia publicada por ese diario, al parecer, próximo al CNI podría haber añadido algo más. Algo importante. Muy importante. En 1994, cuando terroristas islamistas marroquíes asesinaron a dos turistas españoles en Marrakesh, Hassán II también acusó a los servicios secretos argelinos de estar detrás de los atentados. Lástima que después las investigaciones demostraran que los terroristas eran marroquíes y actuaban por motivaciones integristas puramente marroquíes.
Que Marruecos persiga sus intereses es natural. Que lo haga Argelia, también. Pero que el servicio secreto español defienda los intereses de Marruecos debe ser motivo de preocupación. La historia del espionaje está llena de “topos”. ¿Está limpio nuestro servicio secreto de agentes al servicio de Marruecos?
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