LD (EFE) Antes de la firma de un convenio con la Universidad Politéctica de Madrid, Botín se manifestó "partidario de la autorregulación" y, por ello, pidió que el Código definitivo "se centre en criterios o pautas generales que las sociedades cotizadas puedan adaptar a sus propias necesidades y características, explicándoselo al mercado".
Pero al presidente del Santander le preocupa no sólo que este código sea demasiado reglamentista sino, sobre todo, que haga peligrar la unidad en el consejo de administración de las empresas, "en el que todos los consejeros tienen que defender el interés de la compañía y de todos sus accionistas".
Entre las exigencias del proyecto de Código Unificado de Buen Gobierno, que no será de obligado cumplimiento y que actualmente está en proceso de consulta pública, está la de nombrar a un vicepresidente entre los consejeros independientes, encargado, entre otras cosas, del "proceso de evaluación del presidente" cuando este último sea el primer ejecutivo de la entidad. Además, emplaza a los consejeros independientes a que sean especialmente vigilantes con las propuestas que pueden ser contrarias al interés social de la empresa o perjudiquen "de forma injustificada a los accionistas no representados en el Consejo".
Estos serían algunos de los aspectos que, a juicio de Botín, podrían romper la unidad dentro del máximo órgano de gobierno de una empresa, puesto que el Código parece plantear que unos consejeros gestionan la entidad en su interés y, por el contrario, los independientes son los que deben defender los derechos de los accionistas minoritarios.
Botín no ha sido el único banquero que ha criticado el "Código Conthe". En el mismo sentido que el presidente del Santander, el del Banco Popular, Ángel Ron , dijo que esta reglamentación es una iniciativa "en exceso reglamentista" que, además, deja en desventaja a las empresas españolas frente a sus competidoras internacionales. Ron también criticó que con "ese intento de controlarlo todo", la CNMV está dando un mensaje de "desconfianza" sobre los administradores de las sociedades "que no es bueno".
Preguntado por la misma regulación, el presidente del BBVA, Francisco González , fue mucho más moderado en sus consideraciones y se limitó a pedir que "las recomendaciones finales estén en línea con la realidad". Para González, además de un código realista, es necesario tener un buen consejo de administración cuyos miembros tengan una buena trayectoria profesional y personal, que les guste su trabajo y que no tengan conflictos de intereses
Pero al presidente del Santander le preocupa no sólo que este código sea demasiado reglamentista sino, sobre todo, que haga peligrar la unidad en el consejo de administración de las empresas, "en el que todos los consejeros tienen que defender el interés de la compañía y de todos sus accionistas".
Entre las exigencias del proyecto de Código Unificado de Buen Gobierno, que no será de obligado cumplimiento y que actualmente está en proceso de consulta pública, está la de nombrar a un vicepresidente entre los consejeros independientes, encargado, entre otras cosas, del "proceso de evaluación del presidente" cuando este último sea el primer ejecutivo de la entidad. Además, emplaza a los consejeros independientes a que sean especialmente vigilantes con las propuestas que pueden ser contrarias al interés social de la empresa o perjudiquen "de forma injustificada a los accionistas no representados en el Consejo".
Estos serían algunos de los aspectos que, a juicio de Botín, podrían romper la unidad dentro del máximo órgano de gobierno de una empresa, puesto que el Código parece plantear que unos consejeros gestionan la entidad en su interés y, por el contrario, los independientes son los que deben defender los derechos de los accionistas minoritarios.
Botín no ha sido el único banquero que ha criticado el "Código Conthe". En el mismo sentido que el presidente del Santander, el del Banco Popular, Ángel Ron , dijo que esta reglamentación es una iniciativa "en exceso reglamentista" que, además, deja en desventaja a las empresas españolas frente a sus competidoras internacionales. Ron también criticó que con "ese intento de controlarlo todo", la CNMV está dando un mensaje de "desconfianza" sobre los administradores de las sociedades "que no es bueno".
Preguntado por la misma regulación, el presidente del BBVA, Francisco González , fue mucho más moderado en sus consideraciones y se limitó a pedir que "las recomendaciones finales estén en línea con la realidad". Para González, además de un código realista, es necesario tener un buen consejo de administración cuyos miembros tengan una buena trayectoria profesional y personal, que les guste su trabajo y que no tengan conflictos de intereses