L D (EFE) Al parecer, Alfar se infiltró en Israel desde el campo de refugiados palestinos de Al Askar, situado en el distrito de Naplusa (Margen Occidental). La explosión se produjo a las 11.00 (09.00 GMT), cuando centenares de personas hacían sus compras en las estrechas callejuelas del mercado, lo que dificultó la evacuación de las víctimas.
Las víctimas mortales son Samuel Levi, de 65 años; Leah Levine, de 64; y Tatiana Ackerman, de 34. El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una organización terrorista de orientación marxista que no suele perpetrar atentados suicidas, se ha atribuido el crimen.
El diario israelí Haaretz recoge en su edición electrónica las siguientes palabras de Samira Abdulá, la madre de Askar: "Es inmoral enviar a alguien tan joven (...) Deberían haber enviado a un adulto que comprenda el significado de sus actos".
Saeb Erekat, ministro palestino encargado de las negociaciones con Israel, lamentó la "muerte de inocentes", mientras que el primer ministro, Ahmed Qurea (Abú Alá), declaró: "Este tipo de acciones (...) no sirven a nuestra causa nacional". Por lo que hace al jefe del Gobierno de Israel, Ariel Sharon, afirmó: "El ataque terrorista en Tel Aviv demuestra que no ha habido ningún cambio en la ANP".
Por otro lado, el Ejército israelí mató a tres miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo terrorista vinculado al movimiento de Arafat (Al Fatah), durante un enfrentamiento en Naplusa horas después del atentado de Tel Aviv. Los terroristas han sido identificados como Majdi Mari (dirigente local de las Brigadas), Alá Saruán y Yihad Abú Salah.