L D (EFE) "Nuestro silencio ante el antisionismo radical puede a veces facilitar el paso al acto, pues al decir que Israel es racista o nazi se legitiman todas las formas de violencia aquí (en Francia) y allí (en Israel)", dijo Rufin en el transcurso de la rueda de prensa que ofreció con Villepin. Rufin preside la ONG Acción contra el Hambre, y anteriormente ostentó la Vicepresidencia de Médicos Sin Fronteras.
"Tenemos una grave responsabilidad colectiva", afirmó el estudioso. "La utilización de la palabra racista, las comparaciones de Israel con los nazis o el apartheid son hoy bombas, palabras muy duras cuyo uso, en mi opinión, hay que limitar", añadió.
En su informe, titulado Racismo y Antisemitismo en Francia, Rufin sostiene que el "antisionismo moderno y radical” está "fuertemente representado” en la “extrema izquierda alternativa y verde", en "cuya visión del mundo Israel se asimila a Estados Unidos y a la globalización liberal”. En tales ambientes políticos –añade el estudioso– se tiene a Israel por un “Estado colonial y racista que oprime sin fundamento a un pueblo inocente del Tercer Mundo".
Se cuestionan "los fundamentos mismos del Estado de Israel"
Rufin alerta de que “ese antisionismo” no es una “simple crítica coyuntural de una política”, sino que cuestiona “los fundamentos mismos del Estado de Israel".
"Al legitimar la lucha armada de los palestinos, incluso cuando afecta a civiles inocentes, el antisionismo propone una lectura radical de la actualidad para legitimar acciones violentas cometidas en Francia", prosigue Rufin, que en 2001 se hizo merecedor del Premio Goncourt –uno de los más prestigiosos de las Letras Francesas– por su novela Rojo Brasil, en la que denuncia los "totalitarismos religiosos".
"Al legitimar la lucha armada de los palestinos, incluso cuando afecta a civiles inocentes, el antisionismo propone una lectura radical de la actualidad para legitimar acciones violentas cometidas en Francia", prosigue Rufin, que en 2001 se hizo merecedor del Premio Goncourt –uno de los más prestigiosos de las Letras Francesas– por su novela Rojo Brasil, en la que denuncia los "totalitarismos religiosos".
A juicio de Rufin, bajo las críticas radicales al Estado de Israel "se escucha el eco subliminal" de los terroristas islámicos, que instan a "atacar a los judíos allí donde se encuentren".
Para atajar este mal, Rufin aboga por que los poderes públicos elaboren una ley que castigue a quienes acusen sin fundamento alguno de racismo a grupos, instituciones o Estados. Más aún: cree necesario poner en marcha un dispositivo específico de lucha "contra todo lo que amenaza radicalmente la supervivencia del sistema democrático", así como el establecimiento de una normativa específica e independiente de la ley de prensa de 1881 que reprima las expresiones racistas y antisemitas.
De igual manera, exige que se publiquen datos "transparentes" sobre actos racistas y antisemitas –así como la persecución judicial de los mismos–, la creación de un observatorio contra el racismo y el antisemitismo en internet y la vigilancia tanto de los contenidos televisivos como de los textos escolares.