LD (EFE) El precio de los contratos para noviembre del Petróleo Intermedio de Texas, el de referencia en los EEUU, tocó un máximo de 50,47 dólares durante la primera hora de actividad si bien luego moderó algo la inclinación alcista.
Los analistas consideraban que la subida por encima de los 50 dólares era inminente después de que el petróleo cerrara el lunes con la octava alza consecutiva y muy cerca de ese máximo.
Además, los operadores no descartan que las cifras que dará a conocer este miércoles el Departamento de Energía indique un nuevo descenso en las reservas almacenadas en Estados Unidos de crudo y productos destilados, así como en las importaciones.
La escalada de precios se mantiene incluso después de que Arabia Saudí, el mayor productor de crudo a nivel mundial, anunciase este martes que aumentará su producción hasta 11 millones de barriles diarios, desde los 9,5 millones que se estima produce en la actualidad. Este país árabe ya indicó hace pocos meses su disposición a elevar la oferta de inmediato si así lo requería la demanda, pero eso no fue suficiente para calmar la inquietud de los mercados ni frenar el ascenso de los precios.
La inestabilidad en Nigeria, que como Arabia Saudí pertenece a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y es el quinto abastecedor del mercado estadounidense, ha reavivado los temores sobre desajustes entre el nivel de oferta y demanda. Un grupo armado que ha protagonizado enfrentamientos con tropas gubernamentales en el sur del país ha amenazado con lanzar ataques masivos contra instalaciones petrolíferas si los extranjeros no abandona la región del Delta del Niger.
La insurrección en Nigeria se suma a otras causas de la volatilidad del sector, como son los atentados contra yacimientos en Oriente Medio, sobre todo en Irak y Arabia Saudí, y la precariedad de Yukos, acosada por la Hacienda de su país por evasión de impuestos, que hace unos días anunció que reduciría sus exportaciones a China. Las amenazas al suministro, debidas también a los huracanes que en los últimos días han afectado al Golfo de México, coinciden con un aumento de la demanda internacional, especialmente en China y Estados Unidos, donde ha caído el nivel de reservas.