(Libertad Digital) Antes incluso de que los españoles conocieran el nombre de Osama Ben Laden, con la intervención militar contra los talibanes de Afganistán, primero, y contra la dictadura de Sadam en Irak, después, el jefe de Al-Qaeda ya tenía presente que para imponer en islam en el mundo había que "recuperar" Al Andalus –que es como los árabes denominaban a España.
Fue con el comienzo de las operaciones en Afganistán cuando Laden lanzó su primer mensaje para la reconquista. Lo volvió a hacer en el primer aniversario del 11-S. Su número dos ya lo había hecho en un mensaje grabado que fue difundido poco después del 11-S, no quería que "con Palestina se repitiera la tragedia de Al Andalus".
En parte basado en esta cuestión, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo en su primer discurso como profesor asociado de la Universidad de Georgetown que "el problema con Al-Qaeda en España no empezó con la crisis iraquí" sino que viene de mucho más atrás. En concreto, recordó que "el problema de España con Al-Qaeda empieza en el siglo VIII".
El editorial del diario El País –cuyo consejero delegado, Juan Luis Cebrián, acusó a Aznar de “extorsionador” de medios– destaca otra frase del ex presidente en Georgetown: “España rechazó ser un trozo más del mundo islámico”, pues “cuando fue conquistada por los moros, rehusó perder su identidad”. Y a esto añade el editorialista de El País, textualmente: “En la invención del pasado, y la reivindicación de las cruzadas entre el islam y la cristiandad, hay una inquietante similitud entre Aznar y Ben Laden”.
El País y el 11-S
Precisamente, en esta misma sección editorial, El País tuvo que pedir perdón hace menos de una semana por utilizar la masacre del 11 de septiembre como reclamo publicitario para suscribirse a la versión digital del periódico. En uno de sus editoriales tuvo que reconocer que “cualquier explicación es insuficiente ante la cadena de errores que ha llevado al lanzamiento de esta campaña, que algunos de nuestros lectores han calificado con justicia de repugnante”. Dos días después de haber enviado la “ominosa” publicidad a 50.000 personas, el Grupo PRISA decidió abrir una investigación interna para aclarar cómo se decidió poner en circulación la campaña y “adoptar las medidas adecuadas”.