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El Santiago Bernabéu culpa a los jugadores de la crisis, les pita y se ensaña con Roberto Carlos

La afición del estadio Santiago Bernabéu sentenció con claridad y declaró culpables a los jugadores del Real Madrid de la "crisis" que está sufriendo el club tras la marcha de Camacho. Los abroncó desde el calentamiento, ensañándose especialmente con el brasileño Roberto Carlos, y recordó con sus cánticos el nombre de José Antonio Camacho.

L D (EFE) Hacía tiempo que el Bernabéu no se llenaba en Liga. El debut liguero contra el Numancia ya avisó que no se avecinaban buenos tiempo. Por primera vez desde que Florentino Pérez accedió a la presidencia y apostó por el fútbol espectáculo, no se colgó el cartel de "Entradas agotadas". Cerca de 5.000 se quedaron sin vender y según iba accediendo la afición madridista al coliseo, el ambiente se iba enrareciendo. Había un murmullo continuo. Un clima de decepción. Aficionados que acudían con rabia tras dos derrotas consecutivas y que seleccionarían sus broncas entre los jugadores.

El ruido inquietante de los minutos previos se transformó en los primeros silbidos. Insólitos. Iker Casillas saltaba a calentar y la afición cambiaba el veredicto de ayer (fue el único jugador de peso del vestuario madridista aplaudido en su llegada al entrenamiento en el Bernabéu). Minutos después saltaba el resto del equipo. En fila. Como si se dirigiesen al paredón, la grada no distinguió entre nombres. Silbó a todos. Ya habría tiempo para transmitir el sentimiento popular de forma individualizada. La música de megafonía sonaba de fondo. Cosas del destino. Se desvaneció justo en el mismo momento en el que los titulares cogieron camino de vestuarios y la bronca se hizo monumental.

Mientras, la seguridad privada del estadio actuaba con rapidez ante pancartas de mal gusto. "La culpa es vuestra, mercenarios", rezaba la que más tiempo tardó en ser retirada. El momento crítico llegó cuando, vestidos de corto, saltaron al círculo central. No se recordaba un descontento generalizado desde tiempos lejanos. Ni la crisis de resultados con la que despidió la pasada temporada el Real Madrid dejando escapar todos los títulos, levantó tanta indignación.

Desde megafonía se anunciaban los nombres de los titulares y la afición marcaba grados de culpabilidad del adiós de Camacho. Los pitidos más sonoros fueron para Roberto Carlos, Figo y Ronaldo. Otros, como Solari y Celades pasaban inadvertidos. Los jugadores buscaban sellar la paz. Saludaron desde el centro del campo bajo gritos de "fuera, fuera" y escuchando corear el nombre de Camacho desde uno de los fondos.

Fue un partido infernal para Roberto Carlos. Figo en una demostración de potencia y garra por banda logró cambiar la opinión del respetable, pero el brasileño pagó su cruce de declaraciones con Camacho. Fue junto a su amigo Ronaldo el centro de crítica desde el primer balón que tocó y ni el paso de los minutos hizo desaparecer los pitidos hacía él. Respecto al equipo, un ataque de raza en el minuto 33 cambió la decisión de la mayoría. Raúl, despedido con el público en pie aplaudiendo, se topaba con la escuadra y firmaba la paz. Minutos antes, Morientes había sido recibido con ovación al sustituir al lesionado Solari y, finalmente, Beckham dibujaba sonrisas con un nuevo gol a balón parado. Fueron los tres momentos destacados de un partido en el que reinó el silencio. La peor noche de Roberto Carlos.

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