L D (EFE) Este es el mensaje central de la intervención de José María Aznar en el acto "por la libertad de los presos de conciencia en Cuba" organizado por la Fundación FAES (que preside), en "homenaje a periodistas, escritores, poetas y defensores de la democracia encarcelados en Cuba por la dictadura castrista".
En el transcurso del acto, Aznar presentó un manifiesto en el que se exige "con la mayor firmeza" la "inmediata e incondicional liberación de todos los presos de conciencia" y se recuerda al dictador Castro que Cuba es signataria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El manifiesto, que precisa que "no existe la menor coartada con la que pueda excusar o explicar la flagrante violación de los derechos civiles y políticos de los cubanos" que suponen estas detenciones, será presentado por Aznar ante el Comité Internacional por la Democracia en Cuba (ICDC) en la reunión que celebrará dicho organismo el 17 de septiembre en Praga.
En su intervención, el ex presidente del Gobierno recordó que en Cuba existen "al menos 84 presos por motivos de conciencia" oficialmente reconocidos, "la cifra más alta del mundo en relación con su población". Para Aznar, "un solo preso de conciencia ya sería intolerable; nadie puede ser encarcelado por expresar pacíficamente sus ideas, nadie puede ser sentenciado sin un proceso justo e imparcial".
Aznar recordó que, tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, "cayeron la gran mayoría de las tiranías comunistas del planeta", ya que "se demostró quiénes tenían razón y quiénes no la tenían". "Se demostró que los regímenes democráticos liberales, aquellos que tienen como base fundamental la libertad de los ciudadanos, son moralmente superiores a cualesquiera otros; pero también que son mucho más justos, avanzan mucho más eficazmente hacia el bienestar de toda la población y logran sin duda una mayor movilidad social", añadió.
Pide que los países democráticos sean consecuentes
Aznar también lamentó que algunas de "aquellas tiranías" sigan aún "oprimiendo a millones de personas; y lo siguen haciendo con el beneplácito y hasta el aplauso de personas que viven en sociedades democráticas y abiertas, y que serían incapaces de tolerar una dictadura en sus propios países". El ex presidente del Gobierno pidió a éstos "que sean consecuentes; que defiendan para Cuba lo mismo que defienden para Europa; que denuncien cualquier violación de los derechos fundamentales con el mismo énfasis, ocurra donde ocurra".
Para Aznar, la libertad de conciencia es un valor universal que no puede estar confinado sólo a unos países, "sino que debemos defenderla en todo el mundo". Asimismo, afirmó que ninguna "tradición cultural" puede justificar la ejecución o el encarcelamiento de quienes "se limitan a expresar sus ideas o a criticar a su gobierno". Planteó que "es más fácil criticar a gobiernos democráticos", ya que "conlleva menos riesgos", mientras que "denunciar a los totalitarios puede costar muy caro", y elogió a quienes "prefieren jugarse su libertad e incluso su vida por hacerlo", como los cubanos en cuya defensa se presentó el manifiesto.
Aznar pidió a los presentes que firmasen el documento; y a quienes "se han manifestado contra cualquier gobierno democrático del mundo, que lo hagan también contra las violaciones de los derechos humanos en Cuba". "A todos quienes alzan su voz, ejerciendo su libertad de expresión, contra cualquier violación de los derechos humanos, que lo hagan también contra la situación de los presos de conciencia en Cuba", dijo Aznar, quien también pidió "quienes se preocupan por situaciones de injusticia u opresión en cualquier país del mundo que no olviden que en Cuba" hay personas "que están en la cárcel sólo por pedir democracia".
En concreto, Aznar destacó la figura del poeta y periodista Raúl Rivero, detenido en marzo de 2003, junto a otras 74 personas, y condenado a 20 años de prisión por "traición a la patria". Aznar explicó que los versos de Rivero "no son poemas sociales ni políticos", sino que "hablan de amor y de muchas otras cosas; son los poemas de un hombre libre que está en prisión" y que, dada su calidad, había pedido al poeta y ex secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, que los leyera en el acto.