LD (EFE) Tras un primer examen, el regulador europeo alberga temores de que la operación refuerce "sensiblemente" la posición dominante de EDP y GDP, operadores tradicionales del mercado energético portugués, en los sectores de la electricidad y el gas de este país.
La operación, fruto de los acuerdos para reorganizar el mercado energético luso firmados por el Gobierno portugués, EDP y ENI, el pasado 6 de febrero, es parte del proceso de venta de la totalidad del capital social de GDP, controlada por Galp.
La operación, fruto de los acuerdos para reorganizar el mercado energético luso firmados por el Gobierno portugués, EDP y ENI, el pasado 6 de febrero, es parte del proceso de venta de la totalidad del capital social de GDP, controlada por Galp.
En virtud de la misma, EDP compraría el 33,34 por ciento de las acciones de GDP, ENI obtendría el 33,33 por ciento y la Eléctrica Nacional (REN) tomaría idéntico porcentaje en el operador tradicional de gas en Portugal, cuyas actividades incluyen la importación, almacenaje y transporte de esta fuente energética por una red de gasoductos de alta presión. Además, GDP disfruta del derecho exclusivo de importación, regasificación, almacenaje, transporte y suministro de gas natural a las sociedades de distribución portuguesas.
La Comisión justifica su inquietud en que la fusión acarrearía la "eliminación" de GDP como "competidor potencial" de EDP en el mercado eléctrico –lo que reforzaría la posición dominante de que ya disfruta éste último–, mientras que la eléctrica dejaría de ser un competidor potencial en el sector del suministro de gas al por mayor. Además, se da la circunstancia de que EDP explota varias centrales eléctricas a base de gas, por lo que la absorción del principal suministrador de esta sustancia le reportaría "una cuota sustancial" en un mercado clave para la producción energética.