L D (EFE) Los dos velocistas faltaron este jueves a la cita con el oficial del COI que se disponía a someterlos a un control de dopaje en la Villa Olímpica y tampoco acudirán, por un leve accidente de moto, a la convocatoria de la Comisión de Disciplina del COI que debía escuchar este viernes sus alegaciones.
Kenteris y Thanou se encuentran fuera de peligro y con lesiones sin importancia, pero su prestigio deportivo, sea cual fuere el desenlace del escándalo, quedará para siempre manchado. Grecia, inventora de la tragedia, asiste este viernes, el día D de los Juegos, a una jornada de luto. Las televisiones locales, que difundieron este jueves con gran alarde las noticias que llegaban de la Villa Olímpica, ofrecen los comentarios de ciudadanos griegos sobrecogidos por el drama. Algunos no pudieron contener las lágrimas.
Kenteris, y en menor medida Thanou, son grandes personajes en el país que se inventó los Juegos Olímpicos hace 2.780 años. El ministro de Salud, Nikitas Kaklamanis, se presentó en el hospital KAT de Atenas para visitar a los accidentados. "Están bien, pero un poco agitados por los acontecimientos", señaló. El jefe de la misión griega en los Juegos Olímpicos, Yanis Papadoyannakis, recibió del director médico del COI, el francés Patrick Schamasch, la citación para que los dos atletas comparecieran por la mañana ante la Comisión de Disciplina pero el accidente de moto truncó también este encuentro. "Decidnos la verdad. Tenéis que demostrar a todos los griegos que estáis limpios", clamaba en titulares el diario ateniense "Ethnos".
La confusión se adueñó de los Juegos el día de su comienzo y el COI se enfrenta a un grave dilema. No puede dejar pasar, por un lado, un caso como el presente sin perder crédito en la guerra contra el dopaje y, por otro, debe atar todos los cabos para no ofrecer un flanco débil susceptible de ser atacado por vía jurídica.
La IAAF, por medio de su secretario general, Istvan Gyulai, considera que el factor decisivo, a efectos de reclamación legal, será si el oficial del COI les entregó a los atletas en mano la citación para pasar el control de dopaje, algo que no ocurrió, precisamente porque ninguno de los dos estaba donde debían. De acuerdo con el reglamento de dopaje de la IAAF, la negativa a pasar un control o la incomparecencia injustificadas pueden ser castigadas como si fuera un positivo. De otra parte, los atletas de elite incluidos en un panel creado al efecto tiene la obligación de comunicar en todo momento su paradero.
No es la primera vez que Kenteris y Thanou infringen esta norma. El 3 de abril del año pasado, la Federación Griega de Atletismo les comunicó que debían informar siembre sobre su paradero para someterse a cualquier control antidopaje para el que fueran requeridos. Aquél incidente originó una seria advertencia de la IAAF a la Federación Griega por la frecuencia con que se producían las súbitas desapariciones de atletas helenos en cuanto aparecía cualquier personaje susceptible de ser confundido con un controlador de dopaje.
El daño infligido a la imagen del deporte griego es inmenso. De puertas adentro los Juegos arrancan en el peor escenario posible. Durante años se sospechó que un día u otro Kenteris tendría problemas en un control de dopaje, pero nadie pudo imaginar que la pesadilla ocurriera en ocasión tan solemne. La política de mano dura aireada por el COI tiene ahora a dos víctimas propiciatorias, los dos ídolos del deporte griego, que pueden ser sacrificados entre su gente en aras de un escarmiento para los deportistas tentados de recurrir a medios fraudulentos. El accidente leve de moto, paradójicamente, constituye una especie de alivio para el atletismo griego. Kenteris y Thanou presentan contusiones nada graves pero bastantes para justificar su baja en los Juegos por motivos médicos. El COI ganaría tiempo para emitir su veredicto y el honor de los dos atletas quedaría, momentáneamente, a salvo.