L D (EFE) Si el viaje ha comenzado con relativo anonimato y tranquilidad, su llegada a Albarracín y en especial a Zaragoza y a su basílica del Pilar ha provocado un "delirio" popular que ha hecho pasar a los Príncipes y a los escoltas que les acompañan algunos apuros para no ser derribados por la multitud.
El recorrido comenzó anoche en Cuenca, ciudad patrimonio cultural de la Humanidad, donde se alojaron en el Parador Nacional "Convento de San Pablo", después de haber cenado en el Mesón "Casas Colgadas". En el Parador habían hecho las reservas -de siete habitaciones- hacía una semana bajo otra identidad, lo que explica que no pudieran alojarse, como era su deseo, en una habitación "suite" ya que estaban todas ocupadas.
Si entonces, al salir de cenar sobre la medianoche, pudieron dar un paseo y atravesar andando el Puente de San Pablo entre las aclamaciones de un pequeño grupo de conquenses que se habían enterado de su presencia en la ciudad, según se ha ido conociendo a lo largo del día cuáles serían sus próximas paradas, la expectación popular, y de los periodistas, por verles ha aumentado notablemente.
Don Felipe y Doña Letizia, a los que se veía, según el director del Parador "muy distendidos, relajados y disfrutando de su tiempo", desayunaron -zumo de naranja y tostadas- en el comedor del hotel y después visitaron, durante quince minutos, la catedral y una parte del casco histórico en medio de continuas muestras de afecto y peticiones de autógrafos. A las 11.40 abandonaron, a bordo de un coche conducido por el propio Príncipe y escoltado por miembros de su servicio de seguridad, la capital conquense con dirección, aunque entonces se desconocía, a la localidad turolense de Albarracín, a unos 100 kilómetros.
Pasada la una de la tarde llegaron a esa localidad, declarada Monumento Nacional y con cerca de mil habitantes, donde permanecieron dos horas y media y recibieron las calurosas felicitaciones de los numerosos vecinos que salieron a su paso. Los Príncipes, que saludaron a muchos de ellos y también firmaron autógrafos, hicieron un recorrido por las calles medievales de Albarracín antes de comer un menú tradicional de la tierra, compuesto de cardo, migas y caza.
Los medios locales difundieron que el siguiente paso en la jornada de los recién casados sería Zaragoza y su basílica de El Pilar, con el resultado de que ya desde tres horas antes de que llegaran los Príncipes, a las seis de la tarde, les esperaban unas 5.000 personas en la plaza y otras 1.500 dentro de la iglesia. Durante unos cuarenta minutos, Don Felipe y Doña Letizia saludaron a los concentrados y por un estrecho pasillo abierto por los servicios de seguridad entraron en el templo y llegaron al altar donde se venera a la Virgen del Pilar, ante la que rezaron.
Tras dejar Zaragoza, donde permanecieron cerca de una hora, se dirigieron a la población medieval, también Monumento Nacional, de Sos del Rey Católico, a 122 kilómetros de Zaragoza, para alojarse en su Parador Nacional. El Príncipe ha querido visitar esta población en su viaje de novios debido a que Doña Letizia no lo conocía y a él le impresionó muy gratamente cuando lo recorrió durante la visita oficial a Aragón que realizó en junio del año 2000.
El recorrido comenzó anoche en Cuenca, ciudad patrimonio cultural de la Humanidad, donde se alojaron en el Parador Nacional "Convento de San Pablo", después de haber cenado en el Mesón "Casas Colgadas". En el Parador habían hecho las reservas -de siete habitaciones- hacía una semana bajo otra identidad, lo que explica que no pudieran alojarse, como era su deseo, en una habitación "suite" ya que estaban todas ocupadas.
Si entonces, al salir de cenar sobre la medianoche, pudieron dar un paseo y atravesar andando el Puente de San Pablo entre las aclamaciones de un pequeño grupo de conquenses que se habían enterado de su presencia en la ciudad, según se ha ido conociendo a lo largo del día cuáles serían sus próximas paradas, la expectación popular, y de los periodistas, por verles ha aumentado notablemente.
Don Felipe y Doña Letizia, a los que se veía, según el director del Parador "muy distendidos, relajados y disfrutando de su tiempo", desayunaron -zumo de naranja y tostadas- en el comedor del hotel y después visitaron, durante quince minutos, la catedral y una parte del casco histórico en medio de continuas muestras de afecto y peticiones de autógrafos. A las 11.40 abandonaron, a bordo de un coche conducido por el propio Príncipe y escoltado por miembros de su servicio de seguridad, la capital conquense con dirección, aunque entonces se desconocía, a la localidad turolense de Albarracín, a unos 100 kilómetros.
Pasada la una de la tarde llegaron a esa localidad, declarada Monumento Nacional y con cerca de mil habitantes, donde permanecieron dos horas y media y recibieron las calurosas felicitaciones de los numerosos vecinos que salieron a su paso. Los Príncipes, que saludaron a muchos de ellos y también firmaron autógrafos, hicieron un recorrido por las calles medievales de Albarracín antes de comer un menú tradicional de la tierra, compuesto de cardo, migas y caza.
Los medios locales difundieron que el siguiente paso en la jornada de los recién casados sería Zaragoza y su basílica de El Pilar, con el resultado de que ya desde tres horas antes de que llegaran los Príncipes, a las seis de la tarde, les esperaban unas 5.000 personas en la plaza y otras 1.500 dentro de la iglesia. Durante unos cuarenta minutos, Don Felipe y Doña Letizia saludaron a los concentrados y por un estrecho pasillo abierto por los servicios de seguridad entraron en el templo y llegaron al altar donde se venera a la Virgen del Pilar, ante la que rezaron.
Tras dejar Zaragoza, donde permanecieron cerca de una hora, se dirigieron a la población medieval, también Monumento Nacional, de Sos del Rey Católico, a 122 kilómetros de Zaragoza, para alojarse en su Parador Nacional. El Príncipe ha querido visitar esta población en su viaje de novios debido a que Doña Letizia no lo conocía y a él le impresionó muy gratamente cuando lo recorrió durante la visita oficial a Aragón que realizó en junio del año 2000.