L D (Agencias) El régimen de La Habana anunció el lunes que se elevaría el precio tanto de los productos pagaderos en dólares como del combustible, y ordenó a las tiendas que admiten divisas que sólo vendan alimentos y productos de aseo e higiene. La dictadura castrista pretende, así, hacer frente a las “brutales y crueles” medidas anunciadas por Washington, que buscan, al decir de la tiranía comunista, “estrangular" el desarrollo de la Isla.
Algunas de las citadas tiendas capitalinas amanecieron este martes cerradas por "inventario"; otras despacharon únicamente víveres, detergentes, jabones y otros productos de higiene y alimentación. No se vende vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas “hasta nuevo aviso”.
"Se ordenó hacer inventario con esto y luego se volverá a sacar a la venta, porque las nuevas medidas se centran en productos básicos, y el vino no lo es", explicó a la agencia EFE la dependienta de un supermercado del barrio del Vedado, mientras guardaba decenas de botellas en cajas de cartón.
En otro centro comercial –éste, radicado en Miramar– una mujer jubilada dijo que esperaba que se normalizara la demanda de productos básicos en los próximos días, porque el dinero que le envía su hijo desde EEUU no le alcanza para hacerse ahora con gran cantidad de ellos. Sandra, una joven mamá que esperaba en una larga fila su turno para pagar, reconoció que se sentía "angustiada". "No quisiera pensar –añadía– lo que pudiera ocurrir; en definitiva, somos los ciudadanos los que estamos sufriendo las consecuencias".
Algunas de las citadas tiendas capitalinas amanecieron este martes cerradas por "inventario"; otras despacharon únicamente víveres, detergentes, jabones y otros productos de higiene y alimentación. No se vende vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas “hasta nuevo aviso”.
"Se ordenó hacer inventario con esto y luego se volverá a sacar a la venta, porque las nuevas medidas se centran en productos básicos, y el vino no lo es", explicó a la agencia EFE la dependienta de un supermercado del barrio del Vedado, mientras guardaba decenas de botellas en cajas de cartón.
En otro centro comercial –éste, radicado en Miramar– una mujer jubilada dijo que esperaba que se normalizara la demanda de productos básicos en los próximos días, porque el dinero que le envía su hijo desde EEUU no le alcanza para hacerse ahora con gran cantidad de ellos. Sandra, una joven mamá que esperaba en una larga fila su turno para pagar, reconoció que se sentía "angustiada". "No quisiera pensar –añadía– lo que pudiera ocurrir; en definitiva, somos los ciudadanos los que estamos sufriendo las consecuencias".
Mientras tanto, en un establecimiento comercial de Centro Habana decenas de personas se quejaban por que se hubiera limitado la venta de pastillas de jabón a diez por cabeza.
Las oficinas habaneras de Western Union, que tramitan el envío de las remesas procedentes de EEUU, también se vieron sobrepasadas por la demanda. Una joven pareja que aguardaba su turno se lamentaba de la situación provocada por las nuevas medidas que ha dictado el régimen comunista; medidas que, dijeron, “no se entienden”.
"Que si los americanos dijeron allá... y ahora yo aquí no puedo comprarme zapatos con mi dinero. ¿Pero por qué?", se preguntaba otra joven, que hacía cola para comprar cereales para su bebé en la puerta de una tienda.
Muy otro era el mensaje que transmitía la dictadura por sus medios oficiales. Así, en la televisión aparecían gentes que aseguraban que la política “agresiva” de EEUU no les iba a “asustar”, y que se mantendrían “firmes” para salir con bien de la situación.
Significativamente, no parece que hayan sufrido problemas ni avalanchas las tiendas de los hoteles de lujo capitalinos. "Abrimos tarde porque nos dijeron que íbamos a cerrar para hacer inventario, pero luego nos dieron orden de abrir y estamos con normalidad", informó a la agencia EFE una dependienta de uno de estos comercios.