L D (EFE) El Ejecutivo comunitario publicó este miércoles sus previsiones económicas de primavera, en las que no evalúa el impacto de los atentados terroristas del 11 de marzo, pero sí introduce algunas cautelas relacionadas con el cambio de Gobierno en Madrid.
La CE prevé, por ejemplo, que las cuentas públicas españolas registren un superávit del 0,4 por ciento en 2004 y del 0,6 por ciento en 2005. Sin embargo, las previsiones fiscales, en especial para 2005, están "claramente sujetas", según el documento, "a los cambios de política que pueda anunciar el nuevo Gobierno", tras las elecciones generales de marzo.
Por lo demás, en España, durante 2004, el "crecimiento ganará dinamismo" y el consumo privado se mantendrá fuerte, tendencia que se mantendrá al año siguiente. En 2005, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español será del 3,3 por ciento, "ligeramente por encima de su potencial", gracias a las mayores inversiones en equipamiento, las exportaciones de bienes y los servicios. A pesar del previsto aumento de la población activa, "la fuerte creación" de empleo debería ayudar a reducir el nivel de paro al 10,9 por ciento en 2004 y 10,5 por ciento al año siguiente.
La creación de empleo debería crecer por encima del 2,1por ciento en 2004 y 2,3 por ciento en 2005, según las previsiones de Bruselas. La inflación y la inflación subyacente se espera que se moderen "de manera significativa" durante el primer trimestre de este año y que aumente ligeramente a partir de ese momento. Como media, la inflación disminuirá hasta el 2,4 por ciento en 2004, frente al 3,1por ciento registrado en 2003, mientras que en 2005 pasará al 2,3 por ciento, si se confirma la moderación salarial. Bruselas considera que, tomando como base las políticas anunciadas por el Ejecutivo saliente, en 2004 los impuestos indirectos y las contribuciones de la Seguridad Social se mantendrán a niveles altos, apoyadas por la fuerte creación de empleo.
La proporción de la deuda pública respecto al PIB seguirá bajando para situarse en el 48 por ciento este año y en 45,1por ciento a finales del que viene, es decir, siempre por debajo del valor de referencia del 60 por ciento. Un sólido crecimiento del empleo y "los impulsos residuales" de la bajada de los impuestos aplicada en 2003, unido a las bajas tasas de inflación apoyarán el consumo y permitirá un aumento de los niveles de ahorro. Todo ello debería ayudar al fortalecer la posición financiera de los hogares, después del incremento del endeudamiento registrado en los pasados años e impedir una mayor aceleración del gasto en consumo.
Las inversiones se prevé que ganen dinamismo durante este año y el próximo, debido sobre todo a una mayor inversión en bienes de equipo, ligada a la aceleración de las exportaciones. La posición financiera "relativamente sana" de las empresas y el aumento de la rentabilidad debería ayudar a aumentar la recuperación de la inversión en bienes de equipo. Por otra parte, se prevé una desaceleración en el sector de la construcción, que se basa en dos elementos: la posición financiera más débil de los hogares que desalienta las inversiones residenciales y "una inversión pública menos dinámica ligada al ciclo electoral".
El sector exterior debería recobrar fuerza durante este año como resultado de la recuperación en los principales socios comerciales de España y se prevé un aumento tanto de las exportaciones como de las importaciones. El crecimiento del PIB en 2003 fue del 2,4 por ciento, ligeramente por encima de las previsiones de otoño de la Comisión Europea, publicadas el pasado octubre. Las principales fuerzas de la economía fueron el consumo privado y las inversiones en vivienda, pero el sector exterior tuvo una contribución negativa al PIB de 1 punto porcentual.
La CE prevé, por ejemplo, que las cuentas públicas españolas registren un superávit del 0,4 por ciento en 2004 y del 0,6 por ciento en 2005. Sin embargo, las previsiones fiscales, en especial para 2005, están "claramente sujetas", según el documento, "a los cambios de política que pueda anunciar el nuevo Gobierno", tras las elecciones generales de marzo.
Por lo demás, en España, durante 2004, el "crecimiento ganará dinamismo" y el consumo privado se mantendrá fuerte, tendencia que se mantendrá al año siguiente. En 2005, el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español será del 3,3 por ciento, "ligeramente por encima de su potencial", gracias a las mayores inversiones en equipamiento, las exportaciones de bienes y los servicios. A pesar del previsto aumento de la población activa, "la fuerte creación" de empleo debería ayudar a reducir el nivel de paro al 10,9 por ciento en 2004 y 10,5 por ciento al año siguiente.
La creación de empleo debería crecer por encima del 2,1por ciento en 2004 y 2,3 por ciento en 2005, según las previsiones de Bruselas. La inflación y la inflación subyacente se espera que se moderen "de manera significativa" durante el primer trimestre de este año y que aumente ligeramente a partir de ese momento. Como media, la inflación disminuirá hasta el 2,4 por ciento en 2004, frente al 3,1por ciento registrado en 2003, mientras que en 2005 pasará al 2,3 por ciento, si se confirma la moderación salarial. Bruselas considera que, tomando como base las políticas anunciadas por el Ejecutivo saliente, en 2004 los impuestos indirectos y las contribuciones de la Seguridad Social se mantendrán a niveles altos, apoyadas por la fuerte creación de empleo.
La proporción de la deuda pública respecto al PIB seguirá bajando para situarse en el 48 por ciento este año y en 45,1por ciento a finales del que viene, es decir, siempre por debajo del valor de referencia del 60 por ciento. Un sólido crecimiento del empleo y "los impulsos residuales" de la bajada de los impuestos aplicada en 2003, unido a las bajas tasas de inflación apoyarán el consumo y permitirá un aumento de los niveles de ahorro. Todo ello debería ayudar al fortalecer la posición financiera de los hogares, después del incremento del endeudamiento registrado en los pasados años e impedir una mayor aceleración del gasto en consumo.
Las inversiones se prevé que ganen dinamismo durante este año y el próximo, debido sobre todo a una mayor inversión en bienes de equipo, ligada a la aceleración de las exportaciones. La posición financiera "relativamente sana" de las empresas y el aumento de la rentabilidad debería ayudar a aumentar la recuperación de la inversión en bienes de equipo. Por otra parte, se prevé una desaceleración en el sector de la construcción, que se basa en dos elementos: la posición financiera más débil de los hogares que desalienta las inversiones residenciales y "una inversión pública menos dinámica ligada al ciclo electoral".
El sector exterior debería recobrar fuerza durante este año como resultado de la recuperación en los principales socios comerciales de España y se prevé un aumento tanto de las exportaciones como de las importaciones. El crecimiento del PIB en 2003 fue del 2,4 por ciento, ligeramente por encima de las previsiones de otoño de la Comisión Europea, publicadas el pasado octubre. Las principales fuerzas de la economía fueron el consumo privado y las inversiones en vivienda, pero el sector exterior tuvo una contribución negativa al PIB de 1 punto porcentual.