L D (EFE) La condena no sólo ha provocado asombro por no tener precedentes sino que además se interpreta como un ataque al Tribunal Constitucional cuando está inmerso en el estudio del recurso contra el Plan Ibarretxe. PSOE e IU ya han utilizado este último enfrentamiento entre Supremo y Constitucional para hacer campaña: responsabilizan al Gobierno de los "choques" entre los dos tribunales más importantes. El Ejecutivo no ha entrado en valoraciones, como tampoco ha hecho al TC. Fuentes del tribunal han anunciado que no se manifestarán hasta conocer el contenido de la sentencia.
El conflicto entre ambas instituciones judiciales puede acabar en Estrasburgo, sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Una de las posibilidades ante un caso del que no hay precedentes es que los magistrados condenados, incluido el presidente del Constitucional, recurran ante este propio tribunal. Sólo uno de los que lo componen no ha sido condenado y no está contemplado que él solo pueda resolver el amparo. En este caso habría que esperar al mes de abril. En esa fecha se prevé la renovación del TC, con la llegada de cuatro nuevos magistrados. Alguno de estos podría provenir de la Sala Civil del Supremo, que es la que ha condenado al Constitucional. La otra posibilidad que se baraja es que los once magistrados condenados recurran al Tribunal de Estrasburgo.
Según fuentes próximas a la Sala Primera, en la votación de la sentencia nueve magistrados votaron a favor y dos en contra, Javier O'Callahan y Francisco Marín, si bien solo este último manifestó su intención de formular voto particular, que se conocerá al tiempo que el texto acordado por la mayoría.