L D (EFE) El informe de la comisión creada por Chirac aboga por impedir el uso de signos ostensibles como la cruz, el velo o la kippá judía, pero permitir el uso de medallas pequeñas. También propone que sean festivas la fiesta musulmana del Aid-el-Kebir y el Yom Kippur judío.
"Lo que me guiará en mi posición será el respeto a los principios republicanos y la exigencia de la unidad nacional y de la unión de los franceses", dijo este jueves Chirac. El próximo miércoles, en un mensaje televisado a la nación, Chirac anunciará una decisión muy esperada después de meses de intensa controversia, con incidentes incluidos, que han hecho del laicismo uno de los grandes debates políticos del país.
La expulsión de varias alumnas de escuelas públicas por llevar el velo revivió la polémica, agravada por las sanciones impuestas a funcionarias que se negaron a quitárselo en su trabajo. Todo ello, en medio del rechazo cada vez mayor de musulmanas a ser tratadas por médicos hombres, la exigencia de reservar horas para las féminas en las piscinas o las alumnas que piden estar exentas de los cursos de gimnasia.
El jefe del Estado ya ha dado algunas pistas sobre su postura, como la pasada semana, cuando, durante una visita a Túnez, dijo que "Francia, en su tradición laica, no puede aceptar signos ostentosos" y que "para los franceses, tal como son, el porte del velo es una especie de agresión que les resulta difícil aceptar". Lo más probable es que Chirac se decida por legislar, pero no es seguro, como tampoco que con su decisión se acabe esta intensa polémica.
La expulsión de varias alumnas de escuelas públicas por llevar el velo revivió la polémica, agravada por las sanciones impuestas a funcionarias que se negaron a quitárselo en su trabajo. Todo ello, en medio del rechazo cada vez mayor de musulmanas a ser tratadas por médicos hombres, la exigencia de reservar horas para las féminas en las piscinas o las alumnas que piden estar exentas de los cursos de gimnasia.
El jefe del Estado ya ha dado algunas pistas sobre su postura, como la pasada semana, cuando, durante una visita a Túnez, dijo que "Francia, en su tradición laica, no puede aceptar signos ostentosos" y que "para los franceses, tal como son, el porte del velo es una especie de agresión que les resulta difícil aceptar". Lo más probable es que Chirac se decida por legislar, pero no es seguro, como tampoco que con su decisión se acabe esta intensa polémica.
La sociedad francesa está dividida
El presidente tendrá que tomar en cuenta que iglesias, corrientes filosófica, partidos, la Asamblea Nacional y la gente de la calle también se han pronunciado al respecto. Entre los factores que el presidente deberá contemplar, destaca la división de la sociedad: según el último sondeo publicado, el 57 por ciento de los franceses está a favor de la prohibición de los signos religiosos en los centros escolares, desde el velo islámico a la cruz cristiana y la kippa judía, frente a un 41% en contra. También pesarán en sus consideraciones las posturas de las confesiones cristiana, judía y musulmana, todas opuestas, por distintas razones, a que una prohibición legal de los signos por los que se les conoce. Los musulmanes han denunciado el "integrismo laico", en tanto que los moderados espera que su aplicación no se imponga "brutalmente".
No será fácil tampoco convencer tampoco a la Iglesia Católica, ya muy inquieta tras la supresión del lunes de Pentecostés del calendario festivo francés, lo que ha llevado a los partidarios de la ley a dejar claro que la prohibición no afectaría a los colegios privados, ni siquiera a los concertados, como subraya el informe de la comisión Stasi.
Políticamente, la opción de la ley o una disposición legislativa parece abrirse paso, después de meses de acaloradas discusiones parlamentarias y de que hasta algunos componentes del Gobierno conservador, como el titular de Interior, Nicolás Sarkozy, se manifestaran en contra. Incluso la oposición socialista, inicialmente dividida, ha consensuado una postura y presentado en el Parlamento una proposición de ley para prohibir los signos visibles religiosos, políticos y filosóficos en la escuela pública.