(Libertad Digital) Rajoy comenzó su intervención, según informa la agencia Efe, precisando que su modelo económico es el de la "libertad de empresa, la iniciativa individual y la economía abierta"; que valora profundamente la seguridad jurídica y que considera "central e insustituible" la acción del Estado como "regulador y garante de la reglas del juego".
Además, afirmó creer que al Estado –que debe ser "fuerte antes que grande"– le corresponde garantizar una "red de seguridad básica"-, y que los agentes sociales deben ser "fuertes y responsables". También se declaró partidario de un sistema fiscal "moderno, ágil y equitativo, con impuestos moderados, que favorezca el empleo, estimule el ahorro y la inversión y atienda a las familias".
Rajoy se definió a sí mismo como un "reformista" que no es partidario de los "cambios bruscos" y consideró que la complacencia, el inmovilismo y el temor al cambio son los principales riesgos para el estancamiento de las economías. Asimismo, el secretario general del PP reconoció que muchas de estas ideas "resultarán familiares, y no es casualidad", ya que se trata del mismo modelo económico que ha estado desarrollando José María Aznar y con el que aseguró estar plenamente de acuerdo y decidido a continuar y profundizar.
También subrayó su apuesta por la estabilidad presupuestaria, que consideró fundamental para el éxito definitivo de un proyecto modernizador en España, y consideró "irrenunciable" el objetivo del pleno empleo para antes de 2010, para lo que será necesario poner en funcionamiento reformas que precisarán un "esfuerzo por parte de todos" y actitudes "responsables y abiertas al cambio" para mejorar la modalidades de contratación, modernizar la negociación colectiva, impulsar las jornadas laborales más flexibles y acabar con la "temporalidad excesiva".
En cuanto a la reforma del sistema tributario, anunció una reforma del IRPF cuyos ejes principales serán la reducción de los tipos (en el coloquio posterior precisó que bajarán los tipos en todos los tramos, cuyo número no cambiará); los estímulos al ahorro y la inversión y una "mejora sustancial" del tratamiento de la familia que consistirá en un aumento de las deducciones. En lo que respecta a las nuevas tecnologías, Mariano Rajoy aseguró que, para 2007, "todos los trámites administrativos importantes se podrán hacer telemáticamente".
Rajoy se definió a sí mismo como un "reformista" que no es partidario de los "cambios bruscos" y consideró que la complacencia, el inmovilismo y el temor al cambio son los principales riesgos para el estancamiento de las economías. Asimismo, el secretario general del PP reconoció que muchas de estas ideas "resultarán familiares, y no es casualidad", ya que se trata del mismo modelo económico que ha estado desarrollando José María Aznar y con el que aseguró estar plenamente de acuerdo y decidido a continuar y profundizar.
También subrayó su apuesta por la estabilidad presupuestaria, que consideró fundamental para el éxito definitivo de un proyecto modernizador en España, y consideró "irrenunciable" el objetivo del pleno empleo para antes de 2010, para lo que será necesario poner en funcionamiento reformas que precisarán un "esfuerzo por parte de todos" y actitudes "responsables y abiertas al cambio" para mejorar la modalidades de contratación, modernizar la negociación colectiva, impulsar las jornadas laborales más flexibles y acabar con la "temporalidad excesiva".
En cuanto a la reforma del sistema tributario, anunció una reforma del IRPF cuyos ejes principales serán la reducción de los tipos (en el coloquio posterior precisó que bajarán los tipos en todos los tramos, cuyo número no cambiará); los estímulos al ahorro y la inversión y una "mejora sustancial" del tratamiento de la familia que consistirá en un aumento de las deducciones. En lo que respecta a las nuevas tecnologías, Mariano Rajoy aseguró que, para 2007, "todos los trámites administrativos importantes se podrán hacer telemáticamente".