(Libertad Digital) El nuevo Consejo de Administración de Caja Madrid acordó por 13 votos a favor y ocho abstenciones reelegir a Miguel Blesa como presidente de la entidad financiera madrileña durante otros seis años. Blesa recibió el apoyo de los ocho vocales del PP, así como del de IU, Confederación de Cuadros, CEIM, uno de CCOO (del sector mayoritario en el sindicato) y un consejero independiente, en tanto que se abstuvieron los cinco vocales del PSOE, dos de CCOO y uno de UGT.
Después de casi dos horas de reunión del Consejo, Blesa consiguió renovar la presidencia sin ningún voto en contra (necesitaba únicamente 11 votos favorables para continuar en el cargo), igual que ocurriera en 1996. El Consejo de Administración de la entidad madrileña también designó al popular Francisco Moure y a José Antonio Moral Santín, de IU, como vicepresidentes de la entidad financiera, aunque en esta ocasión ambos recibieron ocho votos en contra. Estos mismos ocho votos (5 del PSOE, 2 de CCOO y uno de UGT) también se opusieron a la lista presentada por Blesa para conformar la Comisión Ejecutiva de la caja, debido al "atropello e imposición de la mayoría", según dijo uno de los vocales socialistas.
La lista de Blesa dejaba al PSOE con un solo representante en la Comisión Ejecutiva de la entidad, ante lo cual el socialista Miguel Muñiz decidió renunciar a su puesto, ya que, además, tampoco se cumplía su petición de que el secretario general del PP en Madrid, Ricardo Romero Tejada, no formara parte de la citada Comisión. Al término de la reunión del Consejo varios vocales socialistas mostraron su malestar por esta situación, dado que el PSOE, como segunda fuerza política en la caja por detrás del PP, no cuenta con representación ni en la Comisión Ejecutiva ni en las vicepresidencias de la entidad.
En este sentido, fuentes del PP dijeron que la actitud del PSOE pone "muy difícil" reconducir el consenso en la caja, "es complicado, pero seguimos abiertos a la negociación", añadieron. Durante las últimas semanas, el PSOE (con Rafael Simancas a la cabeza) ha intentado aglutinar a las fuerzas de izquierda y a las sindicales en Caja Madrid para conseguir la mayoría en el Consejo de la entidad, con el objetivo de impedir la reelección de Blesa y que Romero de Tejada no obtuviera una de las vocalías del Consejo.
Las diferencias entre el PSOE e IU y en las propias filas de CCOO, cuyos representantes no han votado de forma unánime, se han puesto de manifiesto tanto en la reunión de la Asamblea General como en la posterior reunión del Consejo. En la Asamblea General el PP consiguió hacerse con cinco de los 12 miembros del Consejo de Administración en disputa, mientras que el PSOE conseguía tres y las candidaturas de IU, CCOO, CEIM, UGT lograban uno cada una. De esta forma, el reparto de poder de los 21 miembros del Consejo de la Caja quedaba con ocho vocales del PP, cinco del PSOE, tres de CCOO (uno del sector oficial y dos próximos al sindicato en Madrid) y uno más de las candidaturas de IU, Confederación de Cuadros, UGT, Empresarios de Madrid y Unión de Independientes.
Después de casi dos horas de reunión del Consejo, Blesa consiguió renovar la presidencia sin ningún voto en contra (necesitaba únicamente 11 votos favorables para continuar en el cargo), igual que ocurriera en 1996. El Consejo de Administración de la entidad madrileña también designó al popular Francisco Moure y a José Antonio Moral Santín, de IU, como vicepresidentes de la entidad financiera, aunque en esta ocasión ambos recibieron ocho votos en contra. Estos mismos ocho votos (5 del PSOE, 2 de CCOO y uno de UGT) también se opusieron a la lista presentada por Blesa para conformar la Comisión Ejecutiva de la caja, debido al "atropello e imposición de la mayoría", según dijo uno de los vocales socialistas.
La lista de Blesa dejaba al PSOE con un solo representante en la Comisión Ejecutiva de la entidad, ante lo cual el socialista Miguel Muñiz decidió renunciar a su puesto, ya que, además, tampoco se cumplía su petición de que el secretario general del PP en Madrid, Ricardo Romero Tejada, no formara parte de la citada Comisión. Al término de la reunión del Consejo varios vocales socialistas mostraron su malestar por esta situación, dado que el PSOE, como segunda fuerza política en la caja por detrás del PP, no cuenta con representación ni en la Comisión Ejecutiva ni en las vicepresidencias de la entidad.
En este sentido, fuentes del PP dijeron que la actitud del PSOE pone "muy difícil" reconducir el consenso en la caja, "es complicado, pero seguimos abiertos a la negociación", añadieron. Durante las últimas semanas, el PSOE (con Rafael Simancas a la cabeza) ha intentado aglutinar a las fuerzas de izquierda y a las sindicales en Caja Madrid para conseguir la mayoría en el Consejo de la entidad, con el objetivo de impedir la reelección de Blesa y que Romero de Tejada no obtuviera una de las vocalías del Consejo.
Las diferencias entre el PSOE e IU y en las propias filas de CCOO, cuyos representantes no han votado de forma unánime, se han puesto de manifiesto tanto en la reunión de la Asamblea General como en la posterior reunión del Consejo. En la Asamblea General el PP consiguió hacerse con cinco de los 12 miembros del Consejo de Administración en disputa, mientras que el PSOE conseguía tres y las candidaturas de IU, CCOO, CEIM, UGT lograban uno cada una. De esta forma, el reparto de poder de los 21 miembros del Consejo de la Caja quedaba con ocho vocales del PP, cinco del PSOE, tres de CCOO (uno del sector oficial y dos próximos al sindicato en Madrid) y uno más de las candidaturas de IU, Confederación de Cuadros, UGT, Empresarios de Madrid y Unión de Independientes.